Tras el traslado de los 300 primeros privados de libertad al Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) Las Parras, la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC) ha puesto en marcha un riguroso proceso de estudio y clasificación individualizada de los internos, crucial para garantizar un modelo de rehabilitación efectivo.
El titular de la DGSPC, Roberto Santana Sánchez, explicó que el proceso se inició con la recepción de los reclusos por un equipo multidisciplinario integrado por médicos, psicólogos, educadores y abogados.
«Se levantará de manera detallada ante quién estamos», aseguró Santana, destacando que la prioridad es crear un perfil completo de cada individuo.
La Data Crucial para la Clasificación
El estudio de cada interno busca determinar factores esenciales para su posterior manejo y plan de vida dentro del centro. Según el director, este perfilamiento incluye:
- Historial de Reclusión: Determinar si el privado de libertad ha caído preso por primera vez o si es un reincidente.
- Tipo de Delito: Clasificar con precisión el delito por el que fue condenado.
«Eso nos ayudará a hacer un plan de rehabilitación individualizado, y también, agregarlo y clasificarlo según delito», resaltó Santana Sánchez.
Este proceso es fundamental para evitar el contacto negativo entre la población penal, impidiendo que personas que cumplen una pena por primera vez convivan con reincidentes o que condenados por delitos de sangre estén en el mismo espacio que aquellos con infracciones menores.
Trabajo y Alfabetización Obligatorios
Una vez establecido el perfil, se procede a diseñar el plan individualizado, que incluye tanto la formación como el trabajo obligatorio.
- Plan Laboral: «A todos se le pone trabajo. Usted pinta, usted arregla, usted cocina, usted hace las veces de mozo…», indicó Santana. Estas actividades se realizan bajo la dirección de personal especializado formado en el Instituto Superior de Estudios Penitenciarios y Correccionales.
- Alfabetización: Para aquellos internos que son analfabetas, la DGSPC ha establecido un plazo de cinco a ocho meses para alfabetizarse, «sí o sí».
Aunque la noticia se centra en el perfilamiento, Santana Sánchez recordó que la operación del CCR Las Parras cuenta con el respaldo del municipio de San Antonio, Guerra, y que el personal fue seleccionado mediante concurso público y con la participación de la comunidad para asegurar la transparencia y la vigilancia social de los empleados.



