La Academia Dominicana de Periodistas de Arte y Espectáculos (Adopae) celebró el Día Nacional del Merengue con un concurrido conversatorio en la Sala Aída Bonelly de Díaz del Teatro Nacional, donde artistas, legisladores, gestores culturales, promotores y académicos reflexionaron sobre la evolución, los retos y el porvenir del ritmo que simboliza la identidad dominicana.
El presidente de Adopae, el periodista Severo Rivera, destacó la importancia del ritmo como uno de los pilares de la identidad cultural dominicana.
Durante su intervención, Rivera agradeció el respaldo del Banco Popular Dominicano, Valenzuela Production, Lendof & Asociados y el propio Teatro Nacional, además de reconocer el acompañamiento de ADORA, artistas, estudiantes y representantes del ámbito político y legislativo que participaron en la actividad. También ofreció un agradecimiento especial al publicista y locutor Monchi Arias.


Rivera resaltó la labor de Adopae como la primera organización de cronistas de arte del país y subrayó su compromiso con la profesionalización de sus miembros, el impulso de alianzas culturales y la generación de espacios de análisis sobre la realidad artística nacional. Señaló que la entidad continuará desarrollando una agenda institucional orientada a promover y preservar las expresiones culturales dominicanas.
Asimismo, valoró la iniciativa de las emisoras afiliadas a ADORA, que dedicaron la jornada a la difusión del merengue en apoyo a un género que representa la esencia del espíritu dominicano.
La actividad incluyó el conversatorio “El merengue y sus exponentes”, con la participación de Mario Díaz, Fausto Polanco y Pochy Familia, quienes ofrecieron una mirada enriquecedora sobre la historia y evolución del merengue.
Rivera concluyó llamando a renovar el compromiso nacional con la cultura, los artistas y las instituciones que protegen el legado dominicano, afirmando que el merengue sigue siendo un símbolo indiscutible de la dominicanidad.
El conversatorio, titulado El merengue y sus exponentes, estuvo a cargo del compositor Mario Díaz, el periodista y escritor Fausto Polanco, secretario general de Adopae, y el merenguero Pochy Familia, quienes ofrecieron tres enfoques complementarios: la columna vertebral del merengue desde la composición, la memoria histórica del género y las condiciones actuales de los músicos dominicanos.
El periodista Reyes Guzmán fungió como moderarod del conversatorio.
Mario Díaz abrió la jornada resaltando a los compositores que dieron cuerpo y alma al merengue
El compositor Mario Díaz inició la actividad con la exposición El merengue es nuestra patria musical, una intervención amplia, profunda y cargada de identidad en la que afirmó que el merengue es “el territorio emocional donde habita la dominicanidad”.
Díaz destacó que el merengue nació y se fortaleció gracias a sus compositores, desde los responsables del merengue de tierra adentro —como Ñico Lora, Pedro Reynoso, Toño Abreu, Dionisio Mejía (Guandulito), Tatico Henríquez y Francisco Ulloa— hasta los autores que, ya en Santo Domingo, vistieron el ritmo de gala y lo llevaron a los grandes salones, clubes sociales y escenarios del país.
Recordó que la dictadura trujillista condicionó fuertemente la creación musical, obligando a muchos compositores a producir obras en alabanzas al régimen. Sin embargo, incluso dentro de esa opresión surgieron merengues que abordaron temas patrióticos, humorísticos, amorosos y sociales. Citó el caso del puertoplateño Félix López, apresado por sus merengues de denuncia La miseria y Siña Juanica, que retrataban la pobreza dominicana con crudeza y valentía.
Entre los autores que elevaron el merengue a una categoría estética perdurable, mencionó a Luis Alberti, creador de joyas como Compadre Pedro Juan y Dolorita; Julio Alberto Hernández, con Desiderio Arias y Soñar; Luis Kalaff, autor de Juancito Trucupey y La empalizá; Héctor J. Díaz, con Mal pelao y El negrito del batey; Radhamés Reyes Alfau, José Lázaro Sosa, Manuel Sánchez Acosta, Luis Pérez y Pipí Franco (Arcadio Franco), creador del exquisito Arroyito cristalino.
Díaz abarcó también la consolidación del merengue tras la dictadura, con figuras como Johnny Ventura, Joseíto Mateo, Félix del Rosario, El Negrito Truman y Rafael Solano, y resaltó el aporte de compositores como Eloy Tejeda (Manyulo), William Liriano Sr., Mundito Espinal, Sony Ovalle, Ramoncito Díaz, Johnny Pacheco, Joe Nicolás y Chucky Acosta, quienes afianzaron el merengue en la vida social dominicana y en la tradición navideña.
Sobre la Época Dorada del Merengue, sintetizó el impacto de autores como Luis Díaz, Juan Luis Guerra, Melvin Rafael, Ramón Orlando, Rosa Pontier, Raffy Rosa, Frantoni Santana, Rento Arias, Palmer Hernández, Miguel Rey, Manuel Jiménez, Alicia Baroni, José Peguero, Víctor Víctor y Manuel de Jesús, entre otros.
Asimismo, destacó a compositores de los años 90 como Cristian Encarnación, Herodys Ureña, Daniel Vásquez, José Antonio Santos Antigua (Calistre) y a autores contemporáneos como Valerio de León, ganador del Premio Soberano con Cómo diablos.
Cerró afirmando que “mientras en el alma de los dominicanos sigan resonando la güira y la tambora, habrá merengue, porque este ritmo forma parte de nuestro ADN”.
Fausto Polanco expuso la memoria histórica del merengue y su deuda social
Luego, Fausto Polanco presentó una exposición sustentada en logros, récords y transformaciones del género. El periodista abordó debuts históricos, hazañas musicales, impacto popular y la evolución del merengue desde sus raíces hasta su expansión internacional.
Recordó a figuras fallecidas recientemente y subrayó los aportes de múltiples generaciones que dieron cuerpo al repertorio merenguero que hoy puede exhibir la República Dominicana.
El periodista y escritor, autor de los libros Merengueros y Célebres músicos dominicanos, destacó que 1983 fue el año en que más orquestas debutaron, superando las veinte agrupaciones. Entre ellas mencionó a Alex Bueno, Aramis Camilo, Carlos Manuel “El Zafiro”, Sandy Reyes, Henry Hierro, Víctor Roque y La Gran Manzana, Peter Cruz, Jerry Vargas, Jorge Solano, Las Chicas del Can y Luis Mariano, entre otros.
De igual forma, señaló que Ramón Orlando es el músico que más arreglos ha realizado, con más de 2,000; que Fernando Villalona es el artista que más canciones ha convertido en éxitos en proporción a su discografía, con 196 temas pegados; que Pochy Familia y la Coco Band es la agrupación que más éxitos consecutivos ha logrado, con 70 canciones; y que Juan Luis Guerra “es el artista que posee todos los récords”.
Pochy Familia analizó la informalidad del negocio musical y profundizó en la deuda social con los artistas
La última ponencia estuvo a cargo del merenguero Pochy Familia, quien examinó con precisión la estructura del negocio musical dominicano y la manera en que la informalidad afecta a orquestas, músicos de planta y trabajadores del espectáculo en general. Explicó que los cambios tecnológicos, los riesgos de las giras y la ausencia de políticas públicas han creado un ecosistema donde el artista queda desprotegido frente a las incertidumbres de la vida laboral.
Su intervención tomó un giro crítico al denunciar la precariedad laboral de los músicos dominicanos, quienes, a pesar de su invaluable aporte cultural, suelen llegar a la vejez sin seguridad social, sin pensiones y sin un sistema que reconozca formalmente su trabajo.
En ese sentido, Pochy Familia planteó la urgencia de asumir reformas estructurales y propuso:
- un censo nacional de artistas
- una Ley de la Música
- un sistema formal de seguridad social para los trabajadores del arte
- un incentivo denominado “bolo cultural” para emisoras que difundan música dominicana
El merenguero recordó que la cultura aporta más de RD$107 mil millones a la economía nacional, equivalentes al 1.6 % del PIB, y afirmó que el sector artístico “no debe mendigar, sino exigir en base a lo que aporta”, señalando que la creatividad y el talento que sostienen la industria cultural merecen un marco de protección digno y permanente.
Asimismo, adelantó que próximamente desarrollará una conferencia enfocada en el merengue comunitario y el rol de la mujer en el merengue, destacando que las artistas han enfrentado profundas desigualdades en un ambiente históricamente masculino y nocturno.
Un encuentro respaldado por el arte, la academia y el Congreso
Entre los presentes se encontraban Olga Lara, Susana Silfa, Carlos Mario Echenique, Marina Frías, Jakeline Estévez, María Antonieta Rozino, Crispín Fernández, Robén Darío Aponte, Erika Lane, Enrique Féliz, Pedro Núñez del Risco, el viceministro de Cultura Luis R. Santos y el presidente de Sgacedom, Valerio de León.
También asistieron los gestores culturales Radhy Miranda, Amable Valenzuela y René Solís, así como representantes institucionales y estudiantes de Comunicación Social interesados en la historia del merengue.
La actividad contó además con significativo respaldo legislativo, con la presencia de los diputados José David Báez Reynoso, Danilo Díaz, Seliné Méndez, Ycelamry Brito (Juliana O’Neal), José Alberto Jiménez y Niurca Nieves Luciano, impulsores de un proyecto de ley para promover, proteger y difundir el merengue y la bachata. Entre sus considerandos plantean la enseñanza obligatoria del merengue y la bachata en la tanda extendida de las escuelas públicas.
Un cierre musical y un llamado a defender el merengue
El conversatorio concluyó con una presentación de la merenguera típica Yokaira Martínez (La doncella del acordeón) y con un llamado unánime a continuar defendiendo el merengue como patrimonio de la identidad dominicana e impulsar políticas que garanticen la sostenibilidad del género y la dignidad de quienes lo han construido.
Con esta actividad, Adopae culminó una jornada que incluyó la alianza con la Asociación Dominicana de Radiodifusoras (ADORA), que permitió que más de doscientas emisoras difundieran mensajes de destacados merengueros en apoyo al género.



