La muerte de Stephora Anne-Mircie Joseph, una niña de 11 años que falleció durante una excursión escolar organizada por el Colegio Da Vinci en Santiago, se ha convertido en uno de los casos más inquietantes del año. La filtración de un video del momento en que su cuerpo es sacado del agua, el silencio prolongado de las autoridades y la falta de sanciones inmediatas han provocado que parte de la población sospeche que podría existir algún tipo de protección o encubrimiento. La pregunta flota en el ambiente: ¿qué está pasando realmente?
Qué se sabe con certeza
- El video muestra a una maestra sosteniendo a la niña mientras intenta verificar signos vitales, mientras otros estudiantes se encuentran alrededor.
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La excursión se realizó en una villa privada, donde participaron decenas de estudiantes y un número reducido de docentes.
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La familia denuncia que no han recibido el informe preliminar del Instituto Nacional de Ciencias Forenses.
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Tampoco se les han entregado las grabaciones completas de las cámaras de seguridad del lugar.
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A pesar de las irregularidades señaladas por autoridades educativas, el colegio continúa operando con normalidad.
Irregularidades que alimentan sospechas
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Ausencia de información oficial clara. Han pasado semanas sin que se conozca un informe detallado sobre la causa exacta de la muerte ni sobre el desarrollo de la excursión.
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Excursión con permisos cuestionados. Autoridades educativas han indicado que el colegio no logró demostrar que contaba con los permisos requeridos para realizar esa actividad.
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Supervisión insuficiente. La salida incluía una gran cantidad de alumnos y pocos docentes responsables, lo que sugiere fallas graves en la logística y la seguridad.
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Silencio del Ministerio Público. La familia insiste en que las autoridades no han dado respuestas claras, y eso aumenta la desconfianza.
¿Encubrimiento o falla sistémica?
Hasta el momento, no existe evidencia pública que apunte a que el colegio esté protegiendo a un estudiante hijo de una figura poderosa. Esa teoría circula principalmente por la frustración social ante el silencio institucional y las irregularidades visibles.
Sin embargo, es igualmente cierto que los vacíos en la investigación, la lentitud en ofrecer respuestas y la falta de consecuencias inmediatas permiten que esa sospecha tome fuerza.
Existen dos escenarios posibles:
- Encubrimiento deliberado: Requeriría pruebas concretas de manipulación de evidencias o presión externa. Hasta ahora, no hay testimonios públicos ni documentos que lo confirmen.
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Negligencia e incompetencia institucional: Un escenario tristemente común en casos donde intervienen varias instituciones. Mala coordinación, lentitud, miedo a cometer errores y falta de supervisión pueden explicar el manejo irregular del caso sin necesidad de que haya un “poder detrás”.
Aunque la teoría del encubrimiento no está respaldada por pruebas, el manejo del caso ha sido tan deficiente que ha erosionado la confianza pública. La familia merece respuestas claras, un informe transparente y una investigación a la altura de la gravedad del hecho. Hasta que eso ocurra, las sospechas seguirán flotando en el ambiente.



