El teatro ha sido, y habrá de seguir siendo, territorio de milagros logrados paso a paso. El teatro de cualquier parte del mundo ha de ser el reflejo de la vida, pero mejor.
El teatro busca hacer vivir otra existencia y disfrutar experiencias no conocidas. Es el encuentro con la esencia humana, sus dudas, sus reflexiones. El teatro es la vida, pero mucho mejor, mucho más a fondo, con mayor poder de desgarrarnos con sus verdades o de transformarnos con sus conceptos.
Y es que a mano está la prueba: el montaje de Habemus Papa, en la Sala Ravelo, pieza que establece para el teatro dominicano una referencia nueva, caracterizada por su impecabilidad actoral y efectividad técnica. Su estructura integra un concepto de escenografía digital y una conjunción de talentos profesionales que ha dado como resultado un horizonte escénico no conocido. Es uno de los últimos proyectos teatrales de 2025, que viene a reconfigurar cualitativamente el cuadro del año escénico dominicano.
Las actuaciones

Pepe Sierra y José Guillermo Cortines se reconvierten con absoluta entrega orgánica en el Papa Benedicto y el Papa Francisco / Cardenal Bergoglio, logrando uno de los expresivos teatrales más rotundos y radicales de la escena nacional de los últimos años.
Sierra, a quien pocos imaginaban en la piel de un Papa, logra profundidad en su interpretación al adoptar una tonalidad pausada, grave, conservadoramente reflexiva. Su movimiento escénico transmite el tiempo vital transcurrido y el impacto de las enfermedades propias de la edad. Manejo de la mirada, dominio del gesto.
José Guillermo adopta acento, personalidad y ritmo primero del cardenal Jorge Mario Bergoglio, dejando en el rincón apropiado del camino sus roles preciosistas de galán en las comedias comerciales de Bellas Artes, para aceptar el mayor desafío actoral de su carrera: convencernos con un acento porteño natural, sin exageraciones.
Se siente auténtico, dueño de lo que representa, integrado a las ideas que postula y, sobre todo, digno. Digno. Ambos llegaron a la piel de quienes tuvimos el honor de estar allí, frente a dos profesionales que se encontraron en el escenario preciso.

Exquisita Elvira Taveras (Sor Petra) como monja asistente del Papa: expone un accionar preciso, con notas de humor y notable manejo gestual, mientras que Karina Larrauri, con menos experiencia en dramáticos teatrales, se transforma abandonando su imagen conocida para ser una graciosa monja de tercer plano.
Héctor Then y Víctor Gómez, como sacerdotes asistentes, cumplen con efectividad y aportan al conjunto histriónico.

Vestuario, maquillaje y peluquería
Manolo Alta Costura logra uno de los aportes teatrales de mayor peso para una pieza: entrega impecables vestuarios papales y de los demás personajes de la curia, logrando verosimilitud. Hay compromiso expreso con lo bien confeccionado.
El maquillaje es otro recurso que evidencia el crecimiento técnico de nuestro teatro. Ana María Andrickson se lleva las palmas. Lástima que nuestros premios de arte aún no reconocen este fundamental aspecto del quehacer teatral.
En la peluquería hay también notable nivel, con excepción de unas líneas en los laterales frontales de José Guillermo, detalle que tal vez pudo haberse evitado para lograr una terminación impecable del montaje.

El hito digital
Se está ante la primera escenografía integralmente digital, con notaciones de hiperrealismo y tridimensionalidad.
Ya se habían presentado escenografías que apelaban parcialmente a recursos digitales, como el thriller teatral La Mujer de Negro, dirigido por Germana Quintana en 2013 con el protagónico de Gianni Paulino.

Pero como acontece en Habemus Papa, no habíamos visto nada parecido:
la proyección animada de los ambientes de la Plaza San Pedro en el Vaticano, los jardines de Castel Gandolfo, la Capilla Sixtina, el altar con las seis velas y el crucifijo, y los interiores de la residencia papal.

Resalta el acierto técnico en la sincronización entre el movimiento de los personajes y las proyecciones, en especial durante el paseo por los jardines.
Habemus Papa establece una marca, un precedente, un hito que inaugura el recurso digital integral en el escenario teatral dominicano, proporcionando una experiencia sensorial única. Se impone acreditar a Producción Audiovisual – Aidita Selman Chips Unlimited y agradecer la proyección digital a Pantallas & Luces – Rental Vision- Yas Group .
El texto
Contrario a lo que se pudiera pensar, no es un texto canónico específicamente cristiano y particularmente católico. No.
Los conceptos que maneja giran en torno a lo humano: los errores y la necesidad de arrepentimiento, la soledad del poder, la conexión con Dios, el compromiso vital de los ministros de la Iglesia con la condición social de sus comunidades, el cansancio eclesial, la lucha contra los pederastas vestidos de sotana.
Un texto sensible e inteligente de Anthony MacCarter, que trasciende el hecho que relata y explota valores humanos universales, más allá del código de conducta de la curia romana. No se limita a una pieza de vocación católica para exponer dos figuras del más alto perfil vaticano.
La imagen de la pieza
La obra teatral se ha prestado para proyectar una imagen que llena la percepción, que sintetiza con elegancia el tema y los personajes, centralizados en una dualidad de posiciones encontradas. La producción de esta versión definió con precisión la imagen promocional empleando a ambos protagonistas en escenarios del Vaticano.

Al penetrar en la sala, el desligue preambular es pleno: sobre fondo negro, la presencia de los dos protagonistas en los extremos.
Este montaje obligará tanto al público como a los cronistas de arte a hacer un espacio de opinión diferenciado y favorable. Es una pieza que no habrá de dejar indiferente a nadie y que debe ser aprovechada por estudiantes de teatro, actores de cine y teatro, por el público amante de lo bien logrado desde el escenario, por seguidores del atrevimiento de quienes pensaron en trascendencia.
Que nadie, si puede ir, se la pierda. Es arte reflexivo, digitalmente novedoso, actoralmente preciso y expresivo. Un relanzamiento que aporta frescura creativa a nuestras tablas.
Sinopsis: La obra «Habemus Papa» nos adentra en un momento crucial de la Iglesia católica donde el Papa Benedicto, representando una visión más conservadora, y el Cardenal Bergoglio, abogando por una iglesia más abierta y cercana a la gente, se enfrentan en debates teológicos y personales. El papa Benedicto sacude los cimientos de la Iglesia tras su renuncia y allana el camino para la elección de Bergoglio como el papa Francisco.

Ficha técnica
Título: Habemus papam.
Producción general – Aplausos Presenta Dirección General y Artística – Guillermo Cordero.
Asesoría escenográfica – Yeimy Díaz
Adaptación de guion – José Emilio Bencosme
Producción audiovisual: Aidita Selman Chips Unlimited Mobiliario: Divanno Utilería: Saúl Molina
Diseño de luces – Ernesto López
Diseño de vestuario Papas – Manolo Alta Costura.
Diseño de vestuario monjas – Patricia Huerta.
Caracterización de maquillaje – Ana María Andrickson
Peluquería – Carlucy Perrone
Diseño gráfico: Vera Peralta
Pantallas & Luces – Rental Vision – Yas Group
Música: Pipeline Junior Lomba
Sala de montaje: Sala Ravelo. Teatro Nacional
Relaciones públicas – Henry Coradín
Media partner – Listín Diario
Fotografías promocionales – Karoline Becker
Redes sociales – Massiel Micheli (Chivirika)
Promoción de TV — Makako Studio
Coordinación general: Nicole Ramírez
Asistente de dirección: Canek Denis
Asistente de producción: Joimer Matos
Asistente de producción – Patricio Escarramán
Elenco: Papa Francisco – José Guillermo Cortines; Papa Benedicto y Cardenal Bergolio – Pepe Sierra; Sor Leticia – Karina Larrauri; Sor Petra – Elvira Taveras; Padre Gabriel – Vic Gómez; Padre Pablo – Héctor Then.



