Por Frank Valenzuela: Manzanillo. El Centro Bahía de Manzanillo para el Desarrollo (CEBAMDER) denunció este miércoles que la empresa Energía 2000, constructora de una de las plantas en la bahía de Manzanillo, continúa de manera agresiva y descontrolada rellenando el frente marino de la bahía ante la mirada indiferente y complaciente del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Esta acción irreversible está provocando una destrucción acelerada de ecosistemas vitales para la subsistencia de la pesca y el ecoturismo, sentenciando el futuro de la economía local y la biodiversidad costera.
Destrucción Impune en la Costa
El presidente de CEBAMDER, Frank Valenzuela, destacó que el vertido indiscriminado de material de relleno en la costa no solo está afectando las corrientes marinas y la calidad del agua, sino que ha provocado una caída superior al 90% en la actividad pesquera de la bahía, llevando a la quiebra a cientos de familias que dependían de este sustento. Es una afrenta a la ley y a la comunidad observar cómo la empresa avanza sus obras sin que el organismo regulador levante la voz ni imponga la más mínima medida de control o sanción efectiva.
Valenzuela advirtió que el relleno está ocurriendo en zonas de alto valor ecológico, sin que se hayan implementado los planes de mitigación ni las compensaciones sociales y ambientales prometidas. La expansión industrial de Energía 2000 se está realizando a costa de sepultar un patrimonio natural, y la inacción del Ministerio convierte a la autoridad medioambiental en un facilitador, por omisión, de un crimen ecológico de gran magnitud.
El Centro CEBAMDER ha documentado cómo la maquinaria pesada sigue compactando terreno en pleno frente marino, alterando la dinámica natural de la bahía de forma irreversible, lo que impacta directamente las zonas de desove y la capacidad de renovación de las aguas. La organización insiste en que el proyecto se ha convertido en un ejemplo de cómo los intereses corporativos pueden pisotear la legislación ambiental y los derechos comunitarios ante la pasividad gubernamental.
La organización ha exigido la inmediata paralización de las obras de relleno no autorizadas, la imposición de sanciones ejemplares a Energía 2000 y una auditoría independiente que cuantifique el daño ambiental y social producido. CEBAMDER afirma que la comunidad no tolerará más burlas y se movilizará si el Ministerio de Medio Ambiente continúa evadiendo su responsabilidad de proteger el medio ambiente, permitiendo que la ambición industrial devore la bahía.
Incumplimiento sistemático del Plan Maestro de Manzanillo
Mientras la empresa Energía 2000 arrasa impunemente el frente marino, el Gobierno dominicano incumple de manera flagrante y sistemática los compromisos concertados con la comunidad y el sector privado en el marco del Plan Maestro de Manzanillo. Este plan, producto de un acuerdo de desarrollo integral, contenía metas específicas a corto y medio plazo que han sido ignoradas, demostrando una grave falta de seriedad en el compromiso con el desarrollo social y ecológico de la región. La bahía no solo sufre la embestida de la empresa, sino también la indiferencia del Estado.
Resulta escandaloso que, a pesar de los compromisos, el vertedero a cielo abierto siga ahogando a la comunidad con sus fuegos permanentes y la humareda tóxica, una amenaza constante a la salud pública que el Gobierno prometió erradicar de inmediato. Este incumplimiento revela una profunda despreocupación por la calidad de vida de los habitantes de Manzanillo, que se ven obligados a respirar veneno día tras día, mientras los grandes proyectos industriales avanzan.
Asimismo, se mantiene el incumplimiento de iniciar la construcción del frente marino de la playa Los Coquitos, un proyecto vital para el desarrollo ecoturístico, cuyo diseño fue entregado al Gobierno por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La paralización de esta obra esencial no solo retrasa el potencial turístico de la zona, sino que evidencia la desconexión entre la retórica oficial de desarrollo y las acciones concretas de inversión social.
Es inaceptable que proyectos sociales cruciales como la mejora del sector Los Barracones, el apoyo real al sector pesquero y la construcción de un muelle en la ensenada de Estero Balsa sigan en el limbo, a pesar de que los fondos para este último fueron supuestamente presupuestados en el año 2024. La falta de ejecución de estas promesas es un torpedo directo a la credibilidad de las autoridades y un abandono a los sectores más vulnerables de la comunidad.
La burla se extiende a la paralización y el misterio que rodea la construcción del Centro de INFOTEP y el Politécnico, una obra educativa iniciada y abandonada sin explicación, dejando a la comunidad sin los centros de formación necesarios para un desarrollo profesional sostenible. La incompetencia en la gestión de obras tan sensibles para la juventud y el futuro laboral de Manzanillo es un despropósito.
La crisis del agua potable y la falta de un sistema de drenaje adecuado siguen siendo problemas estructurales sin solución, lo que se suma a la indiferencia hacia el apoyo a los sectores productivos de Copey y Carbonera, y la ausencia del prometido Parque Ambiental. Estos incumplimientos pintan un panorama de total negligencia gubernamental que prioriza la mega-inversión industrial, a menudo destructiva, sobre el bienestar, la salud y el desarrollo social de la comunidad local.
Deuda social y ambiental: la burla de Energía 2000 a la comunidad
El incumplimiento de su responsabilidad social por parte de Energía 2000 con la comunidad de Manzanillo es una herida abierta, pues hasta la fecha no ha habido un resarcimiento real y efectivo de los daños ambientales y sociales que sus actividades han producido. La empresa opera bajo una lógica de explotación y descarte, sin mostrar la más mínima sensibilidad por el entorno humano y natural que está alterando, lo que se traduce en una deuda moral que crece con cada metro de costa rellenado.
La empresa es directamente responsable de que la actividad pesquera en la bahía se haya reducido en más de un 90 por ciento por las actividades de construcción del muelle y el enturbiamiento constante del agua. El proyecto, lejos de traer progreso equilibrado, ha generado un desastre económico para los pescadores. Los problemas asociados a la instalación del muelle, que van desde el bloqueo de rutas de pesca hasta el aumento de la sedimentación y el ruido, han hecho de la bahía un entorno hostil para la vida marina y el trabajo artesanal.
Como consecuencia directa de la destrucción costera y la contaminación, la actividad ecoturística, una fuente de ingresos en crecimiento, ha desaparecido por completo, llevando a la quiebra a una gran cantidad de familias que han visto desvanecer sus ingresos. El daño es tan profundo que estas familias han perdido la posibilidad de celebrar una Navidad familiar con el orgullo cristiano que da el sustento digno, siendo este un golpe devastador al tejido social de la comunidad.
Resulta lamentable e imprudente recordar que hace exactamente un año, en diciembre pasado, Guillermo Estrella, abogado y socio de la empresa, se reunió en el ayuntamiento municipal con las organizaciones impactadas, donde se le plantearon todas estas problemáticas. A un año de dicho encuentro, la cruda realidad es que simplemente nada se ha hecho, lo que constituye una burla mayúscula y un acto de profunda desconsideración hacia los sectores impactados y a la comunidad de Manzanillo en su conjunto.



