Cuando solicitamos un crédito de cualquier tipo, nos albergan dos tipos de sentimientos.

El primero es de esperanza, ya que probablemente hallamos planificado resolver un mundo con los valores a recibir por concepto de ese préstamo y el segundo es el humano e inevitable sentimiento llamado miedo, esperando que éste sea declinado o aprobado por la entidad financiera a la que le hicimos la solicitud.



Empecemos por saber que un crédito es un valor en efectivo, bienes o servicios que usted recibe de una persona o institución financiera, con el compromiso preestablecido de devolverlo en un tiempo determinado, por cuyo servicio ó dinero usted deberá pagar una proporción de intereses que su acreedor podrá recibir mensual, quincenal, semanal o diario, según se estipule en el contrato.

Esos intereses que recibirá su acreedor, son los beneficios por permitirle usar ese dinero o servicio y ese dinero podrá generar moras por atrasos, que serán su penalidad por no cumplir con lo acordado en el tiempo pautado.



La cantidad de dinero que usted recibe se llama capital, y disminuirá conforme usted paga puntualmente sus cuotas programadas.
Los crédito o préstamos pueden ser con garantía prendaría con o sin desapoderamiento , que no es más que un bien mobiliario o inmobiliario que sirve de soporte al mismo, y en caso de que usted no pueda pagar, podrá ser vendido para cubrir los valores adeudados, intereses vencidos, moras, gastos legales y su valor deberá ser superior a lo recibido.

La garantía sin desapoderamiento es cuando usted queda como custodia del bien dado en garantía, pero los derechos legales del acreedor sobre el mismo, queda establecido claramente en el contrato (un auto, motor, enseres del hogar, mercancías, etc).

Hay otros tipos de garantía como son los certificados financieros, la palabra y un pelo del bigote que aunque ya nadie lo recibe, en su momento también tuvo su valor moral.

He aquí algunos detalles antes de hacer la solicitud .

1- Lo primero que debemos hacer es solicitar una Radiación crediticia para saber como está nuestro crédito.

2-Es importante no hacerlo cuando acabamos de saldar o poner al día una deuda, ya que probablemente aún no se registre esa actualización y aparezca todavía en atrasos.

3- Si nuestra capacidad de endeudamiento está al límite, tampoco es buen momento para solicitar ese crédito, sino hasta que hallamos abonado, saldado o reducido significativamente esas deudas.

4- Si hace poco hicimos una solicitud de crédito y ésta fue declinada, es conveniente no hacer otra aplicación hasta que las razones que motivaron la declinación no se hallan enmendado y porque además los registros de esa declinación aparecerán en el Buró y eso podría predisponer negativamente.

5- Nunca espere el día de vencimiento de sus tarjetas para pagarlas, recuerde que las tarjetas cargan un interés diario, mientras más temprano pague usted, menos cargos tendrá. Pagar a tiempo ahorra dinero.
6- Asegúrese que sus ingresos son suficientes para solventar esa nueva deuda, sea sincero (a), si usted siente que en poco tiempo se le irá de la mano, ahórrese ese disgusto y no lo solicite.

7- Pida un aumento de sueldo, si esto no es posible, incremente sus ingresos, con actividades comerciales informales.

8- No solicite crédito con un trabajo reciente, espere a tener más de 6 meses o un año mínimo.

9- Si tiene errores o incoherencia en su reporte de crédito, procure corregirlas y verlas publicadas actualizadas, antes de aplicar para un crédito.

10- Reduzca significativamente sus gastos fijos.

Probablemente mientras usted repara las razones que provocaron esa declinación, quién sabe si le entra un dinerito adicional e inesperado y no sea necesario que tenga que enliarse en ese nuevo crédito. Suerte.

Por Marga Lorenzo, recuerden visitar su blog orientacionaldeudor.com