Ferrari se vio obligado a pedir disculpas al ser utilizado uno de sus coches para un acto publicitario en el que que salía derrapando en plena Muralla China. Este hecho provocó tal indignación entre los habitantes de la localidad de Nankín y, por extensión, en todo el país, que la marca italiana, aunque era agena dirctamente a tal acto, tuvo que pedir perdón.



La polémica tuvo lugar en la antigua entrada sur de las murallas que rodeaban la ciudad de Nankín, en el este del país. Un Ferrari 458 fue utilizado para conmemorar los 20 años de presencia de la marca en China y, a base de derrapes y una conducción tan espectacular como agresiva, dejó marcas de los neumáticos en el suelo.

Ante esto, se produjo una respuesta popular en su contra. Así, la oficina central de Ferrari en China ofreció sus «profundas disculpas», asegurando, de todos modos, que el responsable era una distribuidora de la marca -Kuaiyi Automobile- a la que no había autorizado a llevar a cabo tal promoción.



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