Santo Domingo. Nadie pone en duda que la República Dominicana requiere de una reforma profunda y de la profesionalización del servicio exterior, a fin de que pueda aprovechar favorablemente las oportunidades que ofrece un mundo como el actual caracterizado por la interdependencia y la competitividad.

Andres Navarro



De hecho, el presidente Danilo Medina, a través de su canciller, Andrés Navarro, anunció que esa nueva visión de la política exterior comenzará oficialmente entre enero y febrero, aunque sin adelantar concretamente cuáles serán sus lineamientos principales ni qué hacer con un numeroso personal existente en la nómina.

Sin embargo, el tema de los recursos humanos, fundamental para lograr ese propósito, conllevaría un alto costo político para el Jefe del Estado, porque implicará separar a cientos de funcionarios diplomáticos y consulares que no prestan ninguna función, pero que ostentan posiciones bien remuneradas por ser dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), familiares o allegados a esa organización y prestantes figuras de las élites económicas, sociales y hasta mediáticas.



Proceso en marcha

Al margen de eso, todo indica que el presidente Medina está dispuesto a correr ese riesgo, a partir de las señales que está ofreciendo el Ministerio de Relaciones Exteriores con notificaciones escritas en las que pide explicaciones a los integrantes de ese personal que no cumple ninguna función en sus respectivos puestos.

En unos casos se han remitido cartas, y, en los otros, mensajes a través de correos electrónicos.

Esta situación ha provocado que los potenciales afectados se estén moviendo con sus “padrinos” o “madrinas” para mantener sus emolumentos, los cuales van desde US$3,000 hasta US$6,000; sumas nada despreciables.

El texto del mensaje del Ministerio de Relaciones Exterior es corto y simple: “Por medio de la presente solicitamos que nos diga cuál es su estatus actual, debido a que recibimos informaciones de su sede (embajada o consulado) que no está cumpliendo con las funciones correspondientes”.

Y como si se tratara de recurrir a la semiótica, disciplina que estudia los signos y símbolos cuando se codifican determinados mensajes, firma la comunicación una asistente de la Dirección General de Recursos Humanos, Laury Sánchez.

Esto implica que es a ella a quien se deben dar las explicaciones y no a un funcionario o funcionaria de mayor jerarquía en la Cancillería.

Fuente Eldia.com.do