San Juan, Puerto Rico. El Congreso de Estados Unidos es el único que puede poner fin a la emergencia fiscal en la que se encuentra sumergida Puerto Rico, afirmó este miércoles en la isla el secretario del Tesoro, Jacob Lew.

El gobierno de Barack Obama sigue comprometido con colaborar para superar la crisis en la isla, que tiene una deuda pública de 70.000 millones de dólares, dijo Lew en rueda de prensa en San Juan, pero «solo el Congreso puede tomar medidas legislativas necesarias para que Puerto Rico resuelva el problema».



Puerto Rico

La crisis económica y fiscal del estado libre asociado a Estados Unidos «es real», por lo que el Congreso debe actuar con prontitud, dijo Lew, quien se reunió el miércoles con el gobernador puertorriqueño, Alejandro García Padilla.



Lew mostró su confianza en que Puerto Rico saldrá del atolladero, la pregunta es, agregó, «cuándo y a qué precio».

«A menos de que se produzca una reestructuración (de la deuda), no hay un camino que evite la insolvencia y permita la recuperación económica», dijo el secretario, al descartar nuevamente la posibilidad de un rescate federal.

La isla de 3,5 millones de habitantes se encuentra en incumplimiento parcial de pagos, por lo que las autoridades han reclamado medios legales para reestructurar la enorme deuda pública,

Tras su reunión con Lew, el gobernador García Padilla dijo a periodistas que no hablaron de nuevas propuestas concretas. Lew, en tanto, recordó que desde octubre el gobierno estadounidense impulsa medidas para ayudar a Puerto Rico, sobre todo la aprobación en el Congreso de una legislación que permita a Puerto Rico reestructurar su deuda.

A diferencia de los estados y municipios de Estados Unidos, Puerto Rico no tiene esta posibilidad.

Presión sobre el Congreso

Washington «está al tanto de los riesgos que la crisis en que nos encontramos representa para distintos sectores», dijo García Padilla, quien en anteriores ocasiones ha advertido de una «crisis humanitaria» en la isla, en recesión desde hace casi una década y con un éxodo de personas hacia el continente, lo que ha hundido más la economía local.

Lo más importante es seguir reclamando acciones del Congreso estadounidense, «donde tiene que estar la presión», dijo García Padilla.

En diciembre, el Congreso desistió de otorgar a Puerto Rico la opción de reestructura su deuda, pero el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha prometido hallar una solución de aquí a la primavera boreal.

Varios acreedores han llevado a las autoridades puertorriqueñas a los tribunales, que decidieron cesar ciertos pagos alegando que era la única manera para seguir prestando servicios básicos a sus habitantes.

En medio de la grave situación, las autoridades de la isla revisaron el lunes al alza sus previsiones de necesidades de financiación para los próximos 10 años y presentaron nuevas perspectivas económicas con la esperanza de convencer al Congreso que ayude a la isla.

Las necesidades de financiación de Puerto Rico en 2016 ahora se estiman en 9.460 millones de dólares, contra los 9.210 millones previstos en septiembre. Para 2026 se espera que lleguen a 23.900 millones.

La crisis en Puerto Rico comenzó cuando en 2006 finalizó un sistema de exoneración fiscal para empresas norteamericanas, lo que provocó una caída de la actividad económica, ante lo cual sucesivos gobiernos emitieron deuda para cubrir el creciente déficit.

Durante su visita, Lew tenía previsto entrevistarse también con miembros del legislativo local, portavoces de la oposición, representantes de la industria y el comercio y dirigentes sindicales.