Mientras algunos se quejan de que no consiguen adelgazar, otros se desesperan porque sus músculos no crecen como esperaban para la cantidad de horas que pasan en el gimnasio. Y efectivamente, aumentar la masa muscular de forma natural no es fácil y mucho menos un proceso rápido.

entrenamiento



Existen de hecho condicionante innatos, genéticos, contra los cuales tenemos que luchar, pero en la gran mayoría de los casos, el fracaso se explica debido a algunos errores comunes que quien practica deporte suele cometer.

1. No estás entrenando con la intensidad necesaria



Ir al gimnasio y levantar pesos de vez en cuando, no es suficiente. Es necesario pensar en el entrenamiento de una forma estructurada y darle motivos al músculo para crecer. Eso nunca va a suceder si el estímulo no es lo suficientemente desafiante. Muchos de los que se ejercitan fallan de hecho en este punto, no llevan el entrenamiento hasta el límite en que se desencadena la hipertrofia. Pueden llevar a cabo la dieta más rigurosa posible y suplementarse con lo más innovador del mercado. Sin un estímulo mecánico adecuado, los resultados nunca serán los pretendidos.

Otros pecan justamente de lo contrario. El crecimiento muscular es el resultado de la regeneración y adaptación del tejido a los traumas inducidos por el entrenamiento. Si los tejidos no cuentan con el tiempo suficiente para poder recuperarse y fortalecerse después de ser estimulados, el resultado más probable es la adaptación y estancamiento, sin ganancias notables de hipertrofia. Es necesario un equilibrio que el sentido común ni siempre consigue encontrar.

2. Tu dieta no es estructurada y rigurosa

En la mayor parte de los casos no es suficiente tener nociones generales sobre las necesidades dietéticas asociadas a la hipertrofia. Es necesario recurrir a un plan riguroso y estructurado y por encima de todo ser consistente. Algunos estudios muestran que tenemos tendencia a fallar en nuestro objetivo energético y macronutricional, por defecto, si no nos dan instrucciones precisas sobre qué hacer, o sea un plan alimenticio que seguir. Y sí, en algunos casos es necesario pesar la comida y tener una noción concreta de las dosis.

3. Estás cortando demasiado en los carbohidratos

Los carbohidratos han sido bastante demonizados en los últimos años, pero no dejan de ser un aliado cuando el objetivo es ganar masa muscular. Desde una perspectiva energética, son el sustrato preferencial para el entrenamiento de resistencia. No obstante, también favorecen un ambiente hormonal propicio a la hipertrofia y ahorran proteína alimenticia para que pueda ser utilizada en la síntesis proteica muscular.

A pesar de que existen mecanismos capaces de potenciar esta síntesis en respuesta al esfuerzo cuando la disponibilidad de carbohidratos es baja, esto no significa que sea lo más idóneo. Además, el glucógeno muscular tiene una capacidad muy particular de retener agua, expandiendo el músculo y aumentando su volumen. No es solo un músculo mayor, con más agua, sino también un músculo más eficiente a la hora de generar fuerza.

4. No has dormido lo suficiente o no tienes un sueño de calidad

El sueño es imprescindible y sin embargo un aspecto a menudo descuidado por quienes realizan ejercicio. Una noche mal dormida puede ser suficiente para ocasionar un aumento del cortisol al final del día siguiente, dejándote expuesto a esta hormona catabólica.

Los niveles de testosterona tienden a bajar, la miostatina como consecuencia a aumentar y la hormona del crecimiento a bajar. La sensibilidad del músculo a la insulina también se reduce significativamente. Se genera un ambiente hormonal totalmente desfavorable a la hipertrofia, que solo tendrá lugar si se crean condiciones para ello. Desde un punto de vista fisiológico no tiene sentido para el músculo crecer y aumentar la necesidad de destinarle recursos, si el ambiente es desfavorable.

5. Estás demasiado concentrado en los suplementos y poco en la alimentación

Un suplemento, por definición, sirve para proporcionar algo extra y no debe ser el centro de la dieta. En magnitud lo que nos pueden aportar es relativamente poco, aunque eso no significa que sean irrelevantes o menos valiosos. El uso de suplementos solo tiene sentido si todo lo demás está controlado y optimizado de la mejor manera posible. Muchas personas esperan más de los suplementos de lo que estos son capaces de aportar, o creen que tienen la capacidad de poner remedio a una mala alimentación o a un estilo de vida poco saludable. Los suplementos pueden ser una opción cuando el desarrollo de una persona no es el esperado, sin embargo, debe ser una de las últimas cuestiones que deben abordarse y optimizarse. Antes de pensar en este punto, asegúrate de que te concentras en los 4 puntos anteriores.

Fuente Taringa.net