Los gobernantes de América Latina y el Caribe se reunirán el miércoles en Punta Cana para dialogar sobre seguridad alimentaria y migración, en momentos de incertidumbre sobre la política que adoptará hacia la región el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump.



La V Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) también debatirá sobre el «problema mundial de las drogas» y el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba, que se mantiene pese al restablecimiento de relaciones bilaterales tras medio siglo de enemistad.

Migración, narcotráfico, comercio y el futuro del acercamiento de Washington con La Habana -formalizado en 2015- son precisamente algunas de las cuestiones que despiertan dudas en la región, tras la llegada de Trump a la Casa Blanca el pasado viernes.



Con México en la mira, el explosivo mandatario ha planteado renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), forzar al gobierno mexicano de Enrique Peña Nieto a pagar un muro fronterizo y deportar a millones de inmigrantes indocumentados.

Trump también ha amenazado con cancelar el acercamiento con el gobierno cubano de Raúl Castro, a menos que la isla comunista acepte condiciones más exigentes en temas de libertades civiles.

Enigma

Con excepciones como Brasil y Chile, la mayoría de los países latinoamericanos tiene a Estados Unidos como su principal socio comercial. Ahora tendrán que vérselas con un gobierno de marcado corte proteccionista.

«Nuestro propósito es profundizar y sostener las relaciones al máximo nivel con Estados Unidos, porque el compromiso en el caso de los países de la Celac, en términos de relaciones, es con el gobierno y con el pueblo norteamericano», dijo el canciller dominicano Miguel Vargas, sobre la perspectiva frente a Trump.

República Dominicana ejerce la presidencia rotatoria del bloque, que agrupa a 33 países con 620 millones de habitantes. La cederá a El Salvador el miércoles, al cierre de la cumbre de mandatarios en Bávaro, población de la turística Punta Cana.

El expresidente colombiano Ernesto Samper, secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que reúne a un tercio de los integrantes de la Celac, resumió en estos días el sentimiento que genera Trump en Latinoamérica.

«Nunca había sido tan enigmática la llegada de un nuevo presidente de Estados Unidos», afirmó Samper en una entrevista en Caracas.

Con un largo pasado de intervenciones estadounidenses, la región estaba «acostumbrada» a alinearse frente a los «enemigos externos de Washington», afirmó el secretario de Unasur.

«Pero resulta que ahora los temas que esgrime tienen que ver con nosotros. Si va a sacar a patadas a los latinos, si va a trancar las exportaciones, si va a poner restricciones a la inversión que se haga en estos países, todo eso va a ir en contra de nuestros intereses», advirtió.

Por ello, sostuvo Samper, «mientras no sepamos cuáles son las respuestas de Trump a los grandes interrogantes de la región, no podemos meter ni si quiera el dedo meñique por él».?

Reacomodo ideológico

Previo a la cita de mandatarios, la Celac celebrará el martes su reunión de cancilleres que revisará la «Declaración de Punta Cana» y 19 declaraciones especiales que firmarán los presidentes y jefes de delegación.

República Dominicana espera que asista más de la mitad de los gobernantes del grupo, entre ellos Raúl Castro y Peña Nieto, Nicolás Maduro (Venezuela) y Juan Manuel Santos (Colombia), según el canciller dominicano, descartándose por ahora la presencia de Michel Temer (Brasil) y Mauricio Macri (Argentina).

Surgida en 2011 por impulso del fallecido líder venezolano Hugo Chávez, la Celac vive un reacomodo ideológico tras el retroceso de la izquierda en varios países y la llegada de gobiernos de centro-derecha.

«Ha habido cambios en América Latina y yo aspiro a que los debates se den con respeto y con altura. Llevaremos la voz de Venezuela (…) de unir a nuestro continente, de desarrollarnos hacia adentro, de reconocernos y respetarnos», dijo Maduro de cara a la reunión.

Los países de la Celac enfrentan grandes desafíos como reducir la pobreza, que alcanzaba a un 29% de sus habitantes en 2015, según la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal).

Pero ese objetivo está amenazado por el bajo crecimiento que tendrá América Latina este año, de apenas 1,3%, tras una contracción de 1,1% en 2016 por la caída de las materias primas, de acuerdo con la Cepal.