Investigadores descubrieron una forma más «fácil» de obtener combustible mediante la transformación de la orina.

Un equipo de la Universidad de Ohio, Estados Unidos, encontró la manera de descomponer la urea y el amoníaco (compuestos presentes en la orina) en hidrógeno, aplicando una pequeña cantidad de corriente eléctrica proveniente de una celda de combustible.



«Es un proceso más barato, eficiente y es el resultado de desechos orgánicos», le explica a BBC Mundo la profesora Gerardine Botte, autora del estudio.

La orina de los 22.000 estudiantes de esta Universidad, -el ser humano orina de dos a tres litros por día- podría generar energía para unas 50 a 70 casas, al ser procesada por una celda de combustible.»



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