NUEVA YORK.  Mark Zuckerberg, co-fundador y pilar indiscutible de uno de los gigantes mundiales de internet antes de alcanzar los 30 años, ya figura entre las leyendas de Silicon Valley.



«La fortuna sonríe a los audaces», la famosa máxima de Virgilio citada por Zuckerberg en su página personal, parece reflejar a la maravilla a un hombre que lanzó su compañía cuando sólo contaba con 19 años y que nunca consideró dejar las riendas.

Zuckerberg ya forma parte de los 20 hombres más ricos del mundo y su empresa se valora en 100.000 millones de dólares según estimaciones de los medios. Desde 2010 ha sido elegido como hombre del año por el semanario Time y el hombre más influyente del «nuevo establishment» por Vanity Fair.



Hoy Facebook dice tener 845 millones de usuarios registrados activos, más de 152 millones solamente en Estados Unidos (el de mayor número). El miércoles 1° de febrero de 2012 hizo en EEUU su registro de entrada a la bolsa, revelando que tiene previsto comercializar unos 5.000 millones de dólares en títulos.

Paradójicamente para alguien cuya biografía ya ha dado lugar a un filme que incluso ganó premios Oscar en 2011, y para el creador de un sitio que pone en puesta de escena lo cotidiano, Mark Zuckerberg lleva su vida de manera discreta, dando pocos detalles en su página personal que siguen 11 millones de personas.

Nacido el 14 de mayo de 1984, criado en Dobbs Ferry, a las afueras de Nueva York, por un padre dentista y una madre psiquiatra, se inició a los 11 años en la programación informática.

Estaba todavía en secundaria cuando Microsoft y AOL le propusieron comprarle una de sus creaciones, un programa que permitía adivinar los deseos de escuchas musicales, al estilo del sistema ‘Genius’ lanzado por Apple para su tienda en línea iTunes.

Sin embargo, rechazó la propuesta y entró en Harvard, la universidad más prestigiosa de Estados Unidos, a la edad de 18 años. En su segundo año lanzó TheFacebook, «una producción Mark Zuckerberg», en ese momento esencialmente un directorio de estudiantes en línea.

«Hacer que el mundo esté más conectado» sería la definición del sitio web que Zuckerberg utilizaría por primera vez en su página personal, con fecha del 4 de febrero de 2004.

El período de la fundación de Facebook fue objeto de diversos procesos judiciales, que condujeron a Zuckerberg a pagar 65 millones de dólares a tres ex compañeros de universidad, Cameron y Tyler Winklevoss y Divya Narendra y a reconocer el papel de «confundador» a su ex socio, Eduardo Saverin.

Los cuatro hombres han reclamado en su contra, unos acusándole de haber robado la idea de la página web, otros de haberlos excluido injustamente. Zuckerberg admitió en los últimos años haber cometido «errores» de juventud.

A diferencia de los creadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, que ofrecieron el puesto de director general de la compañía a Eric Schmidt, Zuckerberg jamás soltó las riendas, incluso a pesar de haberse rodeado de altos cargos experimentados, en particular la directora de explotación Sheryl Sandberg, contratada cuando se encontraba trabajando en Google en 2008.

«Tenía tendencias imperialistas», recordó Sean Parker, fundador de Napster y uno de sus primeros mentores en 2004, en el libro «La revolución Facebook» escrito por David Kirkpatrick.

«Su postura en Facebook es parecida a la de Bill Gates, que duró un largo tiempo» en el puesto de director general de Microsoft, hizo notar Josh Bernoff, analista de Forrester Research. «Está claro que las decisiones (vienen de él), y que el papel de Sheryl Sandberg es poner en marcha las estrategias que él concibe», añadió.

El joven de pelo rizado, con tono de piel tirando a rojizo, durante largo tiempo incómodo ante los medios y adepto a las camisetas, terminó por sentirse mejor ante las cámaras.

El mismo entrevistó en abril al presidente Barack Obama, que bromeó con él por llevar de forma extraordinaria una corbata cuando acudió a visitarle a la sede de Facebook.

Zuckerberg vive en pareja con Priscilla Chan, estudiante de medicina que conoció en 2003. Especialmente porque quería conversar con su familia política, comenzó a aprender mandarín en 2010.

Conocido por su gusto por la antigüedad grecorromana, no duda en declarar algunas excentricidades. El año pasado decidió convertirse en casi vegetariano y prometió no comer carne si no mataba él mismo al animal de la que proviene.

AFP