WASHINGTON. Los tiburones mataron el doble de nadadores y surfistas el año pasado que en 2010, un fenómeno que los expertos atribuyen al crecimiento del turismo a nivel mundial y al cambio de conducta de estos animales debido al calentamiento global.

En total, los científicos contabilizaron en 2011 75 ataques de tiburón que dejaron doce muertos, el doble que en 2010, dijo a la AFP el ictiólogo George Burgess, de la Universidad de Florida (sudeste).



Este científico publica cada año en febrero el «Archivo Internacional de Ataques de Tiburón», la referencia estadística en este campo.

En Estados Unidos se produjeron la mayor cantidad de agresiones, con 29 de los 75 ataques registrados en el planeta, pero ninguna muerte.



Los países con la mayor cantidad de ataques letales son Australia (tres muertes en 11 ataques), Sudáfrica (dos en cinco ataques), la Isla de Reunión (dos muertes en cuatro ataques) y las Islas Seychelles (dos muertes en dos ataques).

Otros países en los que se registraron ataques de tiburones, pero no hubo muertes son Indonesia (3), México (3), Rusia (3) y Brasil (2).

En la Isla de Reunión, las Islas Seychelles y Nueva Caledonia, todas en el Océano Índico, se contabilizaron siete ataques y cinco defunciones, casi la mitad de todas las muertes, precisó Burgess.

«Estas regiones no eran tradicionalmente zonas de turismo masivo, pero en los últimos años han experimentado una gran afluencia de turistas», señaló el experto, y dijo que las autoridades locales «no disponen de infraestructura de control ni de servicios de intervención de emergencia».

Por el contrario, la ausencia de muertes en Estados Unidos en 2011 se explica principalmente por «todas las medidas muy eficaces desplegadas en las playas cerca de las cuales suele haber tiburones», dijo Burgess.

El hecho de preparar personal calificado, como salvavidas y servicios de emergencia competentes, capaces de atender rápidamente a las víctimas de los tiburones y de evacuar a los heridos de forma urgente a los hospitales «disminuye el riesgo de morir en las playas de Estados Unidos», explicó Burgess.

Las estadísticas también muestran «una disminución desde hace diez años» de los ataques de tiburones en Estados Unidos, especialmente en el estado de Florida, lo que se explicaría según él por la crisis económica, que hace que haya menos turistas en las playas.

«La recesión parece coincidir perfectamente con un menor número de ataques de tiburones», dijo Burgess.

Además de la afluencia de turistas a zonas que antes no se visitaban, los expertos también evaluaron el impacto del calentamiento global para explicar el aumento de los ataques de tiburones.

En agosto pasado, las autoridades rusas informaron de tres ataques no mortales de tiburones en las playas del Primorie, la región más al sudeste de Rusia. Los expertos creen que el calentamiento puede ser una de las causas de la aparición de tiburones peligrosos en regiones en las que antes no se los encontraba.

Aún así, el número de ataques de tiburones y muertes en general es muy baja, señaló Burgess.

Esta evaluación también es modesta en comparación con los 30 a 70 millones de tiburones que los humanos matan cada año.

El tiburón, un pez selacio marino del suborden de los Escuálidos, con más de 400 millones de años de antigüedad, se encuentra bajo ataque incesante de los humanos.

«Esto es una tragedia, porque las poblaciones de tiburones -principal depredador marino- disminuyen rápidamente», se lamentó el experto.

Un tercio de las especies, incluyendo el gran tiburón blanco y el tiburón martillo, están en peligro de extinción debido a la demanda de sus aletas en Asia, preciado ingrediente de una sopa tradicional considerada erróneamente como un afrodisíaco, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

AFP