BERLÍN. El presidente alemán, Christian Wulff, anunció este viernes su renuncia después de que la fiscalía pidiera que se levantara su inmunidad en un caso de corrupción.



La «confianza» de mis conciudadanos está «afectada», explicó Wulff en una alocución en la sede de la presidencia en Berlín, en la que reconoció haber cometido errores pero no presentó excusas.

«Por esta razón ya no me es posible ejercer mis funciones. Es por esto que dimito», declaró solemnemente Wulff, un conservador que la canciller Angela Merkel había conseguido difícilmente que fuese elegido a la presidencia en 2010.



El jueves en la noche, la Fiscalía de Hannover (norte) había reclamado que se suspendiera su inmunidad por sospechas de corrupción por haber obtenido diversas ventajas de amigos empresarios.

La canciller Merkel anuló a último momento su visita a Italia donde debía reunirse con el primer ministro Mario Monti, para hacer una declaración en la que pidió consenso para designar al próximo presidente alemán.

Desde mediados de diciembre, Wulff, de 52 años, era blanco de las críticas de los medios y de la oposición que lo acusaban de haber aprovechado de su posición de presidente regional de Baja Sajonia (2003-2010) para obtener diversas y múltiples ventajas financieras.

A mediados de enero, Wulff había rechazado dimitir.

El presidente dimisionario, cuya función es esencialmente honorífica pero que es una autoridad moral, anunció que será reemplazado de manera interina por el presidente del Bundesrat (cámara alta del Parlamento, que representa a los Estados), Horst Seehofer.

Los componentes de la coalición de centro-derecha de Angela Merkel, Unión Cristianas (CDU/CSU) u Liberales (FDP) deben reunirse con la canciller en una cumbre el sábado, para buscar una solución a la crisis.

AFP