WASHINGTON. Google lanzó este jueves su nueva política de privacidad, la cual le permite tener una visión global de los usuarios y desarrollar así publicidad específica, a pesar de las fuertes críticas de grupos de defensa del consumidor estadounidenses y europeos.

«Nuestra nueva política de privacidad entra en vigor hoy, 1 de marzo», dijo la jefa de privacidad de Google, Alma Whitten, en el blog de la empresa. «Si bien hemos llevado a cabo la mayor campaña de información a los usuarios de nuestra historia para explicar esos cambios, sabemos que esto ha suscitado mucho ruido y confusión», agregó.



La nueva política de confidencialidad de Google permite al grupo recoger y combinar datos de los usuarios en un nuevo perfil que reúne los muchos servicios del grupo -el motor de búsqueda de Google, el correo electrónico Gmail, el sitio de videos compartidos Youtube, el sistema operativo para dispositivos móviles Android, la red social Google+ y el organizador de imágenes Picasa, lo cual ha generado una fuerte controversia.

La analista de medios digitales Rebecca Lieb dijo que la medida es importante para los planes de negocio de Google.



«Google necesita tener una visión total del cliente, ahora más que nunca», dijo. «¿Por qué? Porque Facebook ya lo tiene. O por lo menos está mucho más cerca tenerlo que Google, que tiene toda la información almacenada por separado. Facebook es actualmente en una mejor posición que la de Google para ‘saber’ qué videos está viendo un usuario en YouTube. ¡Y Google es el dueño de YouTube!».

Según los críticos, la nueva política, que no da a los usuarios otra opción que aceptarla o dejar de usar los servicios de Google, da al gigante de internet poderes sin precedentes para vigilar a los usuarios.

«Llamar a esto ‘política de privacidad’ es un doble sentido orwelliano», dijo John Simpson, de la organización de defensa del consumidor Consumer Watchdog, en referencia al autor de «1984». «Google no le está diciendo cómo proteger su privacidad. Google le está diciendo cómo reunirá información sobre usted en todos sus servicios, combinándola de nuevas maneras y usándola para vender más publicidad. Le está diciendo cuáles son sus planes para espiarlo. Es una política de espionaje».

Google señaló por su parte los beneficios del cambio. «Si usted hace búsquedas frecuentes de Jamie Oliver, podríamos recomendarle los videos de Jamie Oliver cuando esté buscando recetas en YouTube, o podríamos sugerirle anuncios de sus libros de cocina cuando está en otros servicios de Google», dijo Whitten en el blog.

«Esta nueva política no cambia la configuración de privacidad existente o la forma en que la información personal es compartida fuera de Google», recalcó.

Pero estos argumentos, que el grupo reitera desde enero, cuando anunció la reforma, no han convencido a los detractores de la medida.

La analista en tecnología Shelly Palmer considera que Google ha ido demasiado lejos.

«En su mejor día, con toda la tecnología a su disposición, el gobierno estadounidense puede saber mucho menos acerca de cualquiera de nosotros que Google ahora», dijo en un blog.

Una coalición de grupos europeos y estadounidenses de defensa del consumidor hizo un llamamiento de última hora a Google el miércoles para retrasar los cambios.

«Este rediseño ha sido ampliamente criticado por políticos y fiscales estadounidenses, por representantes europeos, funcionarios de organismos de defensa de la privacidad, expertos técnicos y organizaciones de consumidores», resumió la carta dirigida al presidente ejecutivo de Google, Larry Page, enviada el miércoles por el Diálogo Transatlántico de Consumo (TACD, por su sigla en inglés).

En Francia, la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) destacó que «la formulación de nuevas reglas y la posibilidad de combinar datos de los diferentes departamentos (genera) preocupaciones y preguntas sobre las prácticas reales de Google».

De su lado, el presidente de la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos, Jon Leibowitz, indicó que Google obliga a los usuarios a hacer una «elección brutal»: dejar de usar el servicio o estar de acuerdo con el nuevo sistema de control.

AFP