WELLINGTON. La policía neozelandesa se incautó de un distribuidor automático de bolsitas de mariguana, insensible a los argumentos de sus inventores, que militan a favor de una flexibilización de la legislación sobre el consumo de drogas suaves.

La máquina estaba instalada en un «club del cannabis» situado en New Lynn, en las afueras de Auckland (norte), y proponía bolsitas de un gramo de mariguana por 20 dólares neozelandeses (12,30 euros). La policía detuvo a cuatro personas y se llevó la máquina, 27.000 dólares neozelandeses en efectivo, 700 gramos de cannabis y pipas de fumar, indicó el viernes.



La prensa del país había consagrado artículos a esta innovadora distribución de hierba, pero Bruce Scott, un responsable policial, subrayó que el club del cannabis violaba la legislación sobre las drogas.

El consumo de cannabis es ilegal en Nueva Zelanda, aunque varios estudios muestran que es la tercera droga más consumida del país, después del alcohol y el tabaco.



Julian Crawford, que milita a favor de la despenalización del consumo de cannabis, explicó que el club del cannabis (bautizado el Daktory) sigue el modelo de los cafés de Amsterdam, donde la ley no prohíbe la posesión de pequeñas cantidades de cannabis.

El club está abierto a las personas mayores de 18 años, explicó a la AFP antes de la operación policial.

«Hay sofás, mesas de ping-pong, billar, juegos de flechas, se puede comer un poco», había detallado. «Lo hacemos para mostrar cómo podrían ser las cosas si se legalizara la mariguana». Los organizadores preveían invertir los beneficios realizados en proyectos caritativos, había precisado.