OAKLAND.  Siete personas resultaron muertas y tres heridas este lunes durante un tiroteo en un colegio religioso privado de una universidad de Oakland, al este de San Francisco, según las autoridades locales, mientras que la Policía anunció la detención del presunto autor de los disparos.

«La policía trabaja y trata de comprender cual fue el motivo que condujo a sacarle la vida a siete personas y herir a otras tres», dijo a la cadena CNN el presidente del consejo municipal de Oakland, Larry Reid.



Reid afirmó que las informaciones provienen del jefe de policía.

«Un hombre armado entró en la universidad y abrió fuego en varias ocasiones», declaró una portavoz de la Policía de Oakland.



La cadena CNN y el Oakland Tribune habían informado antes que seis personas habían muerto en el tiroteo ocurrido en la universidad de Oikos, pero que el saldo fatal podría aumentar porque al menos hay otras tres personas heridas.

Durante una conferencia de prensa en el campus, inmediatamente después del tiroteo, un portavoz de la Policía afirmó que «el autor de los disparos estaba prófugo». Pero algunos minutos más tarde, la Policía de Oakland anunció en su cuenta de Twitter que había detenido «a un eventual sospechoso».

«No hay amenaza inmediata para la seguridad pública en los alrededores», agregó la Policía en su mensaje.

El sospechoso fue detenido a unos 7 km del lugar, en Alameda, según The Oakland Tribune, que cita a testigos del arresto en las afueras de un supermercado.

Lisa Resler, de 41 años, dijo que estaba abandonando el comercio con su hija cuando vio a un joven asiático con una gorra que se enfrentaba a guardias de seguridad del establecimiento. Dijo que el individuo estaba «muy tranquilo» cuando lo esposaron.

Las autoridades precisaron que el sospechoso era «un hombre (de origen) asiático muy corpulento. Tendría unos cuarenta años», según los medios locales.

Cinco ambulancias fueron enviadas al lugar de los hechos, precisaron los bomberos de Oakland en su cuenta de Twitter y se refirieron «a numerosas personas heridas».

La universidad de Oikos afirma en su sitio de internet que se esfuerza en «suministrar los más altos estándares educativos, con una inspiración en valores cristianos».

Angie Johnson, de 52 años, declaró al San Francisco Chronicle, que había visto a una joven salir del edificio educativo llorando, con sangre en uno de sus brazos, y gritando: «me dispararon».

Según la víctima, el autor de los disparos era un compañero del curso de la escuela de enfermería. Se habría levantado en medio de la clase y habría disparado a quemarropa contra una persona y luego a toda la sala.

La víctima tenía una herida en el brazo, «de la cual manaba sangre», agregó Johnson.

AFP