PARÍS. El postulado de la medicina moderna de que altos niveles de colesterol «bueno» fortalecen la salud cardiovascular fue puesto en tela de juicio por un estudio publicado este jueves por un grupo de investigadores.

Según el estudio publicado por The Lancet, los investigadores no hallaron pruebas de que altas concentraciones de colesterol de lipoproteinas de alta densidad (HDL) estén directamente vinculadas a un menor riesgo de ataque cardíaco.



La concentración de HDL es uno de los parámetros importantes de los análisis de sangre, al igual que la del colesterol «malo» (lipoproteinas de baja densidad, o LDL), considerado como un factor de obstrucción de las arterias.

El estudio recurrió a una comparación al azar sobre el riesgo de ataque cardíaco en personas con condiciones genéticas que los predisponen a altos niveles de HDL.



Tradicionalmente se piensa que estos individuos deberían presentar menores niveles de riesgo de accidentes coronarios.

Pero el estudio, realizado en 12.500 personas con antecedentes de ataque cardíaco y en 41.000 sujetos sanos, descubrió que tal no era siempre el caso.

Los resultados son importantes porque cuestionan el uso de medicamentos administrados para incrementar los niveles de colesterol HDL, a menudo con efectos secundarios.

«Estos resultados demuestran que algunas formas de incrementar el colesterol HDL puede no servir para reducir el riesgo de infarto al miocardio en los seres humanos», dijo Sekar Kathiresan, del Hospital General de Massachusetts y de la Facultad de Medicina de Harvard.

«Por lo tanto, si un medicamento incrementa el nivel de colesterol HDL, no podemos deducir automáticamente que se reducirá el riesgo de infarto al miocardio», agregó.

En contraste, el informe indica que el colesterol «malo» sigue siendo un indicador de riesgo cardíaco.

Un estudio separado que también publica este jueves la revista The Lancet confirmó los beneficios de las estatinas para disminuir los niveles de colesterol LDL para proteger a personas sin antecedentes previos de enfermedades cardiovasculares.

AFP