Pues sí, el día en que tener en casa un incendio controlado mediante un interruptor ha llegado. Olvídate de las chimeneas que humean y dejan ceniza, incluso de las de gas. Estamos hablando de una auténtica bombilla de madera que se enciende y se apaga con el habitual interruptor en la pared. No tiene truco, es pura tecnología mezclada con algo de artesanía y un trabajo de ebanistería de lo más fino. Pero vaya si funciona.



La sorprendente revolución en la iluminación se la debemos a Ryosuke Fukusada.

Todo un artista minucioso y delicado que ha conseguido moldear la típica bombilla a partir de un sólido bloque de madera. Encaja perfectamente en cualquier casquillo y además de pedir a gritos que la coloques sin taparla con una tulipa, ofrece una particular luz cálida, ideal para crear un ambiente íntimo.



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