MÉXICO. Estelas (piedras talladas) de la cultura maya encontradas en México y Guatemala evocan fechas que van más allá del año 4000, lo que desmiente la supuesta profecía del fin del mundo en diciembre de 2012, aseguró el martes un historiador mexicano experto en la cultura maya.

«El mundo de hoy tiene una mentalidad apocalíptica heredada de la religión judeo cristiana. Los mayas no, para ellos no había fin del mundo, tenían una cuenta infinita de los años. Podemos dormir tranquilos, evocaron fechas miles de años adelante», aseguró en una conferencia Erik Velásquez historiador y experto en interpretar las escrituras mayas.



La película «2012», del director Roland Emmerich, y el libro «El testamento maya», de Steve Alten, que narran una serie de catástrofes naturales y el fin del planeta supuestamente predicho por los mayas, han popularizado las versiones de que esto ocurriría en diciembre próximo.

El experto explicó que los mayas, una cultura prehispánica que desarrolló profundos conocimientos de matemáticas y astronomía en el sureste de México y Centroamérica, tenían un sistema para medir el tiempo y la mayor unidad eran los «baak t’uunes», que contabilizan 144.000 días.



Los cálculos de dónde surge la «fatídica» fecha de diciembre de 2012 parten de estelas mayas que evocan «el rito de renovación del universo», que es un nuevo ciclo y que comenzó el 13 de agosto del año 3114 antes de nuestra era.

La idea de un «fin del mundo» surge de la interpretación dada a una sola de entre más de 5.000 estelas mayas que se han estudiado: el monumento 6, en el sitio Tortuguero, Tabasco (sureste de México).

En ella se se establece que «13 baak t’uunes habrán acabado (en el día) 4 ajaw, 3 k’an’kiin» (el 23 de diciembre de 2012 en el calendario occidental) lo que significa que el ciclo maya iniciado en 3114 antes de nuestra era, habrá concluído tras 1’872.200 días.

«Esto habla sólo de que se completaron 13 baak t’uunes, pero de ningún modo es el fin de la ‘cuenta larga’, del calendario maya, que es infinita, sólo está dividida en segmentos. Inicia un nuevo ciclo, eso es todo», añadió al explicar que los mayas medían el tiempo de forma lineal y cíclica.

Algunos estiman que los 13 baak t’uunes concluyen el 21 de diciembre, pero Velásquez asegura que la mayoría de los expertos en la cultura maya coinciden en que la fecha más acertada es el 23 de diciembre.

El historiador sostuvo que los mayas evocaron fechas miles de años más adelante, como en el Panel Oeste, del Templo de las Inscripciones en el sitio de Paleque Chiapas (sureste de México), donde está inscrita la fecha de 20 baak t’uunes referida a otros acontecimientos, y que sería el 15 de octubre de 4772.

En el sitio arqueológico de Xultún, en Petén (Guatemala), en la estructura 10k-2, se ha identificado una inscripción de 17 baak t’uunes, que refieren al 1 de marzo de 3591, añadió el epigrafista.

El equipo del arqueólogo estadounidense William Saturno descubrió recientemente en Xultún pinturas donde se hacen cálculos a partir del 813-814 de nuestra era y que señalan fechas de hasta 7.000 años en el futuro.

Velásquez reconoce que los mayas realizaron profecías sobre su supervivencia, pero a corto plazo, relacionadas con las cosechas, las lluvias o la pesca.

«El 23 de diciembre de 2012 ha despertado mucha expectativa, desde que es el fin del mundo hasta que ocurrirá un cambio de conciencia en el que el ser humano va a elevar su conciencia y olvidar odios y rencores, pero la realidad no hay elementos para uno ni otro sentido», concluyó el experto.

La difusión de la supuesta profecía maya del fin del mundo se ha traducido en aumento de turistas a sitios arqueológicos de esa cultura.

Así sucedió en el estado mexicano de Quintana Roo (este), que reportó en los primeros cuatro meses del año una afluencia 13,6% superior a la de 2011 y que autoridades locales atribuyen al interés suscitado.

AFP