CARACAS.- La campaña venezolana prometía emociones fuertes y sorpresas muy creativas sacadas del fondo de la galera del chavismo. Expectativas que no sólo se están cumpliendo, sino que se superan todos los días.



Como las de ayer: un líder opositor atrapado in fraganti recibiendo un fajo de billetes.

La sorpresa se convirtió en un torpedo contra la línea de flotación de la candidatura de Henrique Capriles.



Un diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) dio a conocer en la mañana de ayer un video en el que Juan Carlos Caldera, líder emergente y delegado ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Primero Justicia, el partido de Capriles, recibía 40.000 bolívares (menos de 10.000 dólares) por un empresario de rostro distorsionado. La grabación se había realizado en junio, con varias cámaras escondidas.

La reacción de Capriles fue fulminante: «No voy a permitir que nadie en mi nombre obtenga prebendas para beneficio personal. Quienes se acerquen a este proyecto por interés, en mí encontrarán una pared».

«Caldera queda fuera de nuestro proyecto», sentenció el candidato opositor.

En los últimos días, las valijas cargadas de dinero sobrevuelan el cielo electoral venezolano. Varios políticos denunciaron intentos de soborno de personajes oscuros del oficialismo, con montos que van desde 200.000 hasta un millón de dólares dependiendo de la talla del contactado. William Ojeda, antiguo dirigente opositor, es uno de los que regresaron a las filas del gobierno. el diario argentino LA NACION pudo saber que se le ha ofrecido encabezar una candidatura municipal.

Faltaba escuchar al protagonista del video, Juan Carlos Caldera. Su historia, que involucra a personajes del jet set bolivariano, es tan rocambolesca que hasta suena creíble.

El joven político reveló que el personaje que le entregó el dinero es Wilmer Ruperti, multimillonario cercano a Chávez, propietario de varios medios de comunicación, casado con una actriz famosa y cuya fortuna creció hasta la exageración haciendo negocios con Pdvsa, la petrolera estatal.

«Tras nuestro triunfo en las primarias se dio una reunión en la casa de Ruperti, la que se ve en el video. Mi hermana trabaja desde hace siete años para él», explicó Caldera, en varios momentos al borde del llanto.

«Ruperti me dijo que le veía muchas posibilidades a Capriles y que quería aportar y acercarse a él», confesó Caldera, expulsado también de Primero Justicia.

En dos reuniones posteriores «me entregaron el dinero para mi campaña a la alcaldía de Sucre». En Venezuela, el Estado no financia las campañas, que se llevan a cabo con donaciones personales. «Yo lo empleé para proselitismo, remeras, globos?», aclaró el diputado.

Pese a la contundente reacción del que era su líder, Caldera enfatizó que lo seguía apoyando. «Que hagan las averiguaciones que deban», insistió.