LOS ÁNGELES. El ratón Mickey se ha convertido en el último y más poderoso de los caballeros Jedi con la compra de Lucasfilm, la fábrica de sueños de uno de los grandes Midas de la historia del cine, George Lucas. La multinacional Disney ha hecho temblar los cimientos de la industria una vez más al anunciar la adquisición por US$ 4050 millones. Una transacción comercial que, además de la inmortal saga de La Guerra de las Galaxias (la más taquillera de la historia), incluye el resto de las franquicias y negocios de los estudios que creó George Lucas en 1971.



La noticia ha servido de auténtica bomba de relojería para los millones de incondicionales de Star Wars en todo el mundo: Disney anunció nuevas -al menos tres- entregas del incansable combate entre los caballeros Jedi y el Lado Oscuro. La primera de ellas llegará a los cines en 2015. Bob Iger, presidente de Disney, confirmó, en una llamada telefónica a sus inversores, que esta séptima entrega (de la que ya hay un borrador escrito) se verá seguida de una octava y de una novena, completando así los nueve episodios a los que Lucas hizo alusión en más de una ocasión cuando puso los cimientos de su magistral criatura de ciencia ficción. Los estrenos llegarán escalonados cada dos o tres años.

El visionario realizador, guionista y productor George Lucas tenía el 100% de Lucasfilm, de la que seguirá siendo consejero creativo. «La compra combina una cartera mundial de contenidos que incluye La Guerra de las Galaxias, una de las mejores franquicias dirigidas a la familia, con la creatividad sin igual en todas las plataformas y mercados de Disney para generar un crecimiento sostenido y a largo plazo», dijo Iger.



«Durante los últimos 35 años, uno de mis mayores placeres fue ver a Star Wars pasar de una generación a la siguiente. Ahora es el momento para mí de dejar a Star Wars en manos de una nueva generación de cineastas. Siempre creí que Star Wars podría vivir más allá de mí, y pensé que era importante establecer esa transición», afirmó Lucas, que ahora prevé dedicarse «a la filantropía y al cine experimental».

El anuncio, que fue una sorpresa para la industria, sigue la reciente política de los estudios Disney de aumentar su mercado adquiriendo los principales sellos relacionados con la industria del espectáculo familiar. Una política que Iger puso en marcha con la compra de los estudios Pixar (en 2006, por US$ 7400 millones) y que aumentó con la adquisición de los estudios Marvel (en 2009, por US$ 2800 millones).

Lucas siempre fue una figura peculiar de Hollywood, que cambió el lenguaje cinematográfico cuando apostó por llevar el género de aventuras al espacio, algo inusual hasta la llegada de la primera entrega (la cuarta en la saga) de La Guerra de las Galaxias. Peculiar también a la hora de hacer negocios, dado que, contra todo pronóstico, Lucas consiguió retener en su poder todos los millonarios derechos del merchandising derivados de sus películas, mientras los estudios Fox se encargaban únicamente de la distribución de sus films.

Lucasfilm y Disney ya habían colaborado con anterioridad con la creación de Star Tours, una de las atracciones más populares de Disneylandia y del resto de los parques de atracciones que se basaba en la saga.

Por Rocío Ayuso Copyright Noticias Financieras