¿Qué hay de cierto detrás de creencias y afirmaciones que oyes y lees sobre dietas y consejos para bajar de peso? Un nuevo estudio analiza cuánto hay de mito y realidad en lo que informan incluso medios especializados. Aquí te contamos más detalles sobre esta investigación, para que puedas tomar decisiones más informadas y estés prevenido(a), cada vez que leas o escuches sobre nuevas dietas o métodos para perder peso.
¿Quién no quisiera conocer una fórmula mágica para perder peso rápidamente y no volver a recuperarlo? Al tratar este tema, existen muchas recomendaciones que supuestamente pueden ayudarte con este objetivo. Sin embargo, muchas de esas afirmaciones son mitos y creencias que no tienen fundamentos científicos o su efectividad no ha sido probada. Es más, fíjate bien, algunas de estas ideas ¡son difundidas por especialistas y en reportes científicos!
Para conocer más en detalle esta situación y en busca de soluciones realmente efectivas a la hora de establecer un plan nutritivo para mantener un peso saludable, un grupo de investigadores de distintas universidades, entre ellas la Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos, ha elaborado un informe detallado sobre los mitos y las verdades a la hora de perder peso, en base a un análisis en el que comparan las afirmaciones que circulan en los medios de información y los resultados de investigaciones confiables que se conocen en la actualidad.
Específicamente, según los resultados de este informe, que han sido publicados en el medio especializado New England Journal of Medicine, existen al menos 7 mitos o creencias falsas, 6 presunciones o suposiciones que no han sido probadas ni rechazadas por la ciencia y 9 hechos que sí se han comprobado, para considerar a la hora de buscar una solución real contra el sobrepeso.
Aquí te las presentamos:
Mitos (creencias que se mantienen como ciertas a pesar de que se ha comprobado que son falsas):
1. No es cierto que pequeñas cantidades (de comida o ejercicio) puedan hacer la diferencia a largo plazo, logrando poco a poco, perder el exceso de peso. Por ejemplo, se dice que caminar una milla por día puede ayudarte a perder más de 50 libras en cinco años. Esto se basa en una idea antigua según la cual 3,500 calorías equivalen a una libra, pero no tiene en cuenta que las necesidades de energía cambian de acuerdo a los cambios en la masa corporal que se producen con el tiempo. Por ejemplo, a medida que se pierde peso, se necesitan menos ejercicios y menos calorías para evitar recuperar el peso perdido.
2. No es cierto que metas realistas, fáciles de lograr, mantengan motivadas a las personas. La idea suena razonable pero no hay evidencia que la avale. Incluso, hay muchos estudios que demuestran que las personas con objetivos muy ambiciosos logran perder más peso (como ocurre, por ejemplo, en el conocido programa de televisión The Biggest Loser).
3. No es cierto que las personas mentalmente preparadas y que se sienten “listas” para hacer dieta tengan mayores probabilidades de éxito. La evidencia sugiere que sentirse listo para comenzar un programa o dieta no garantiza que la persona vaya, de hecho, a tener más éxito que otra o a conseguir sus metas.
4. No es cierto que la mejor forma de perder peso es hacerlo de manera lenta y constante. Perder mucho peso de manera rápida se ha asociado con pocas probabilidades de no recuperarlo a largo plazo, comparado con quienes pierden peso de manera gradual. Una revisión extensa de los resultados obtenidos en pruebas de estándares estrictos, detectó que dietas muy bajas en calorías diseñadas para perder mucho peso rápidamente tuvieron resultados mucho más altos y que la pérdida de peso se mantuvo hasta 18 meses después de hacer la dieta.
5. No es cierto que el rol de las clases de educación física sea fundamental para prevenir o evitar la obesidad infantil. De la forma en que se ha desarrollado el programa de educación física en las escuelas (estadounidenses), no se ha comprobado que haya logrado reducir o prevenir la obesidad en los niños.
7. No es cierto que amamantar proteja a los niños contra la obesidad. La leche maternal si les brinda varios beneficios para la salud a los bebés, pero no hay evidencia de que prevenga la obesidad infantil.
8. No es cierto que durante la actividad sexual quemes de 100 a 300 calorías. Durante una actividad sexual intensa, un hombre de 154 libras quema aproximadamente 3.5 calorías por minuto y se estima que la duración promedio del intercambio sexual es de seis minutos. Así, este hombre consumiría 21 calorías en total, pero 7 podría haberlas quemado tan sólo por el hecho de estar recostado, así que las calorías totales que perdió durante la actividad sexual fueron tan solo 14.
1. No se ha probado ni negado que la infancia sea el momento idóneo para aprender buenos hábitos de alimentación y de ejercicio (de hecho, aunque no haya evidencia rigurosa que lo apoye, no está de más hacerlo).
2. No se ha probado ni negado que simplemente agregando muchas frutas y vegetales a la dieta se pierda peso. Lo cierto es que aunque sea muy saludable agregar estos alimentos a la dieta, hay que reducir otro tipo de alimentos ricos en calorías y cambiar otros hábitos alimenticios para lograr perder peso.
3. No se ha probado ni negado que las fluctuaciones de peso continuas (por ejemplo, con dietas tipo yo-yo, en las que bajas y subes de peso rápidamente) incrementan la tasa de mortalidad.
4. No se ha probado ni negado que comer entre comidas contribuya a aumentar de peso y conduzca a la obesidad.
5. No se ha probado ni negado que, si se agregaran sendas para transitar en bicicleta, correr o caminar y parques, la gente sería menos obesa.
6. No se ha probado ni negado que desayunar prevenga la obesidad.
Y estos son sólo algunos ejemplos que menciona este estudio, de las numerosas creencias que circulan. Seguramente ya conocías más de una, ¿verdad? Ahora presta atención, pues estas son algunas de las verdades que síhan sido probadas, según este estudio:
Hechos probados:
1. La herencia es importante pero no es algo que no pueda ser modificado. Es decir, aunque los padres hayan tenido exceso de peso, esto no determina que una persona, con la dieta y el nivel de ejercicio correctos, pueda lograr y mantener el peso ideal.
2. El ejercicio es bueno para mantener una buena salud, independientemente del peso. Estudio tras estudio siguen comprobando los numerosos beneficios del ejercicio y a cualquier edad.
3. Mantener una rutina de ejercicio es efectivo para mantener el peso a largo plazo.
4. Involucrar a los padres y a la familia en un plan nutricional ayuda a los niños a combatir la obesidad.
5. Pensar en la obesidad como una condición crónica y continuar practicando condiciones que promuevan la pérdida de peso ayuda a la gente a mantener el peso deseado.
6. La pérdida de peso es mayor en programas que proveen las comidas.
7. Es importante controlar la cantidad de alimentos (y reducir también el consumo de las calorías) para mantener el peso.
8. Algunos medicamentos recetados pueden ayudar a perder y a mantener el peso.
9. La cirugía para perder peso, en los pacientes apropiados, puede ayudarlos a perder peso y a disminuir la diabetes y la tasa de mortalidad, informa vidaysalud.com, en su portal.
¿Qué es lo más importante de todo esto? Pues que no tomes toda la información que recibes como cierta. Siempre que quieras iniciar un plan para perder peso es importante que consultes con un especialista calificado (con los estudios que lo respalden) o que te unas a uno de los grupos guiados por profesionales calificados que puedan ayudarte a lograr tu objetivo. La visita a los profesionales es vital sobre todo si piensas tomar algún medicamento para adelgazar, pues cada persona es diferente y es importante que aprendas a administrar y controlar el modo en el que te alimentas y puedas llevar un estilo de vida saludable que sea efectivo para ti.