En una reciente visita de diplomáticos al Vaticano, sede de la Iglesia Católica, se pudo apreciar que el Papa Francisco estaba sentado en un sillón blanco, mientras recibía a los visitantes. El tema es que ese sillón no es el que típicamente emplea el pontífice.
Como puede apreciarse en la foto de la parte superior de esta nota, Benedicto XVI, ex papa, empleaba un lujoso trono de oro. Dicho asiento es radicalmente distinto al elegido por Francisco, quien no ha cumplido ni un mes como Sumo Pontífice.
Diversos medios han destacado que este hecho, el reemplazo del asiento, es un gesto de humildad del papa originario de Argentina.
“Papa Francisco decidió marcar una huella en austeridad y simpleza. (…) Tal es el caso del uso de un sillón blanco en lugar del tradicional trono”, indica Terra. No obstante, se desconoce si hay otro motivo que justifique el nuevo asiento.