CIUDAD DEL VATICANO. El Instituto para las Obras de Religión (IOR), mejor conocido como el banco del Vaticano, involucrado en varios escándalos por sospechas de blanqueo, preconiza la «tolerancia cero» ante el lavado de dinero sucio y promete poner fin a «la cultura del silencio» que reinaba en la mayor entidad financiera de la Santa Sede, anunció su presidente, el alemán Ernst von Freyberg, en una entrevista a la AFP.

El IOR debe transformarse en «un miembro bien recibido del sistema financiero internacional», asegura el industrial alemán, quien reconoció que desconoce completamente los proyectos de reforma que el papa argentino Francisco tiene para la entidad que maneja las finanzas del Vaticano.



El alemán, un noble con intereses en la industria naval designado en febrero por Benedicto XVI poco antes de su renuncia, sostiene que se fijó «un objetivo muy concreto».

Espera que el grupo de expertos europeos de Moneyval, encargado de evaluar los sistemas nacionales para combatir el lavado de dinero, concluya en pocas semanas su informe sobre el IOR.



«Se han tomado muchas medidas, vamos a superar el examen en los próximos meses», dijo con tono optimista, ya que considera que la entidad superará positivamente la prueba y obtendrá una buena calificación.

El llamado banco del Papa, fundado en 1942 por Pío XII, con activos por 7.100 millones de euros, maneja miles de cuentas de curas y monjas en todo el mundo, desde simples hermanas filipinas que vienen a estudiar a Roma, pasando por obispos y cardenales, hasta poderosas congregaciones religiosas repartidas en todos los rincones del planeta.

Escándalos como la quiebra del banco Ambrosiano de 1982, que involucró a la mafia, masonería y servicios secretos estadounidenses, mancharon la credibilidad del Banco del Papa, acusado de lavar el dinero sucio de organizaciones criminales a través de cuentas anónimas.

El pontificado de Benedicto XVI quiso limpiar ese pasado turbio, de mala gestión y normalizar su gestión.

Desde que llegó el nuevo presidente, un equipo de expertos de la agencia financiera Promontory verifica la situación de cada una de las 19.000 cuentas de IOR.

«Mi papel es mejorar la reputación del IOR, que el mensaje de la Iglesia no sea empañado por malas noticias provenientes de nuestro sector», reconoció von Freyberg.

Junto con el director de la Agencia de Información Financiera (AIF) del Vaticano, el suizo René Brühlart, el directivo del IOR está empeñado en aplicar la «tolerancia cero frente a toda transacción sospechosa», dijo.

«Nosotros no somos un banco, no buscamos lucro, todo centavo que entra debe servir a la Santa Sede. Tenemos que ser limpios desde todo aspecto jurídico», aseguró el industrial.

Para von Freyberg es muy importante que sus clientes sepan que su dinero está en manos seguras y poder prestar su servicio a los religiosos de todo el mundo.

«Administramos 7.000 millones de euros. Pagamos servicios en todo el mundo, clínicas y campos de refugiados, como por ejemplo el de Sudán, en donde es muy difícil manejar dinero», comenta.

La mala fama del banco del Papa es fruto de un conjunto de causas, explica el banquero.

«Primero se actuó en forma incorrecta en el pasado», reconoció, al mencionar la controvertida relación con el Banco Ambrosiano, pero también se dejó que circularan «rumores y calumnias» de todo tipo, sostiene.

«Desde Satanas a Osama Bin Laden» fueron mencionados, rememora el banquero.

Otro aspecto negativo fue que «nunca se hablaba» del asunto; se encubría.

«Callar es de por sí un mensaje. Es como esconder algo. La cultura del silencio se expandió no tanto por maldad, sino por una mala decisión», sostiene.

Von Freyberg quiere que la historia de la entidad sea documentada, estudiada seriamente, se conozca «cómo fue», de manera que se ponga fin a los rumores.

Por ello, han decidido recurrir a la justicia inmediatamente contra los medios y personas que calumnien al banco del Vaticano y contar con un equipo de comunicación «moderno y organizado», que inclusive a nivel interno explique a los cardenales la función del IOR.

El 1 de octubre, el banco presentará su informe anual, que será consultable en internet.

La posibilidad de consultar el balance tiene como objetivo fomentar la transparencia de la mayor institución financiera de la iglesia católica.

El Papa, que defiende una Iglesia pobre para los pobres y que recordó recientemente que San Pedro no tenía cuenta bancaria, ¿ha hablado sobre lo que quiere hacer con la entidad financiera de la Iglesia?

«Nadie, absolutamete nadie, sabe qué piensa sobre el IOR, ni lo que quiere hacer con la entidad», respondió tras rechazar las especulaciones sobre un posible cierre.

Von Freyberg curiosamente no ha sido recibido por Francisco, a quien ha saludado sólo en algunas ocasiones oficiales.

«Algunas veces he asistido a la misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta donde se aloja y dos o tres veces me he presentado», contó el industrial, que divide su vida entre Roma y Frankfurt.

«Estamos con él, nos va a indicar cúales son sus proyectos y nuestra misión será cumplirlos en su nombre», concluyó tras definirse uno más del «rebaño» que sigue su «pastor».