MÉXICO. Miguel Ángel Treviño, alias «El Z-40», el capo detenido la madrugada del lunes, llegó hasta la jefatura del grupo más temido del narcotráfico en México, Los Zetas, empleando algunas de las prácticas más violentas que se hayan conocido en las luchas entre los cárteles mexicanos.

Treviño, un hombre robusto de tez morena clara, nació en 1972 en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, Tamaulipas (noreste), cerca de donde fue capturado la madrugada de este lunes en un operativo de la Marina Armada.



El detenido se crió en una familia numerosa que reside desde hace años en Dallas (sur de Estados Unidos), según reportes de autoridades de ambos países, que lo ubican como el capo más sanguinario del que se haya tenido registro en la historia reciente de México.
Elz40

Sus inicios como narcotraficante se remontan a la década de 1990 cuando se enroló en un grupo de escoltas del entonces líder del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas, para el que también fueron reclutados exmilitares de élite que finalmente conformaron Los Zetas.



«El Z-40» se convirtió en el líder de Los Zetas al ser abatido en octubre de 2012 en una operación fortuita su predecesor, Heriberto Lazcano, alias «El Lazca», cuyo cadáver fue robado horas después de una funeraria del estado de Coahuila (norte). Versiones periodísticas señalan que fue Treviño el autor de ese robo.

El gobierno de Estados Unidos ofrecía 5 millones de dólares y el mexicano 2,5 millones más por ayuda para la captura de Treviño, que será procesado en su país por delincuencia organizada, homicidios, narcotráfico, tortura y lavado de dinero.

Treviño, a quien el Departamento de Estado tildó de tal vez el criminal «más sanguinario y desalmado de México», obraba con la misma violencia extrema contra sus víctimas que caracterizó a los exmilitares de Los Zetas.

Según han dicho funcionarios a la prensa, se trata de un brutal asesino que gustaba de deshacerse de sus enemigos metiéndolos en contenedores de aceite, rociándolos con gasolina y prendiéndoles fuego, una práctica conocida como «guisar».

También era otra de sus crueles maniobras desmembrar a sus víctimas aún con vida y desprenderles la piel de la cara para evitar que sus familiares los identificaran a primera vista.

El vocero de seguridad del gobierno, Eduardo Sánchez, dijo que se cree que Treviño ordenó la matanza de 72 migrantes de Centro y Surámerica en agosto de 2010 en un rancho del municipio de San Fernando (Tamaulipas).

También le señaló por el asesinato de otras 193 personas que fueron secuestradas cuando se desplazaban en autobuses a la frontera con Estados Unidos, cuyos cuerpos aparecieron enterrados en fosas clandestinas en San Fernando en 2011.

Sobre su carrera en Los Zetas se sabe que en 2002, al ser abatido el entonces líder de esa organización, el exmilitar Arturo Guzmán Decena «Z-1», Lazcano asume el control de la organización y «El Z-40» se convierte en su brazo derecho. Juntos deciden años después, y una vez que Osiel Cárdenas ya estaba extraditado en Estados Unidos, separar su organización del cártel del Golfo.

Enfrentados con el cártel del Golfo y con el de Sinaloa del capo más buscado, Joaquín «El Chapo» Guzmán, Lazcano y Treviño buscaron tejer alianzas con la organización narcotraficante de los hermanos Beltrán Leyva y con el cártel de Juárez para extender sus operaciones desde su feudo tradicional de todo el este de México a otros estados del país.

Durante todo ese proceso, el «Z-40» comenzó a ganar fuerza y fama al interior de la organización, lo que junto con sus cada vez más sangrientos métodos provocaban la atención de las fuerzas armadas y marcaron una ruptura con Lazcano.

En los últimos meses, autoridades de México y Estados Unidos fueron apretando el cerco contra Treviño al detener en junio de 2012 en territorio estadounidense a su hermano José, acusado de crear una red para el lavado de dinero del cártel a través de carreras de caballos en aquel país, y en mayo de este año a su sobrino Eduardo en Tamaulipas.

Algunas versiones periodísticas indican que Omar Treviño Morales, hermano de «El Z-40», podría ser quien quedara ahora al frente de Los Zetas.

AFP