trabajadores dominicanos

 

Un nuevo libro de la Fundación Nueva Economía (NEF, en inglés) señala que la semana laboral debería tener 30 horas, en lugar de 40 (como en Reino Unido) o 45 como en algunos países de la región.



De acuerdo a los expertos citados por el diario británico The Telegraph, esto permitiría una vida más saludable, plena y sostenible, pues también sería beneficioso para el medio ambiente.

La jornada más corta mejoraría nuestro bienestar, vida familiar, amistades y relación con la comunidad, según estos profesionales. Junto con ello, contribuiría a reducir las emisiones de carbono.



Para los miembros de la NEF la reducción de la semana laboral podría lograrse en forma gradual, llamando a las empresas a dar más tiempo libre a los trabajadores en lugar de aumentarles el salario.

Asimismo, proponen que los jóvenes que se inician en el mercado podrían trabajar cuatro días a la semana, como ocurre en los Países Bajos.

Anna Coote, jefe de política social de NEF, dijo que era hora de hacer que los empleos de tiempo parcial sean los nuevos trabajos de tiempo completo.

“Hay que repensar la forma en que dividimos nuestras horas entre las actividades remuneradas y no remuneradas, asegurándose de que todo el mundo tenga un justo tiempo libre”, indicó Coote.

Los expertos señalan que en Bélgica, Holanda y Alemania han demostrado que es posible hacer cambios como éstos sin debilitar sus economías.

Coote expresó también que si bien todos conocemos el dicho “el tiempo es dinero”, en realidad es mucho más que eso, añadiendo que las desigualdades entre ricos y pobres también se manifiestan entre quienes tienen mucho control sobre su tiempo libre y quienes no. “Pobreza de tiempo y dinero, a menudo van de la mano”, indicó.

Además, manifiesta que una semana laboral más breve, alivia la presión a quienes tienen hijos, permitiendo que las responsabilidades de crianza sean ampliamente compartidas entre hombres y mujeres.

Tim Jackson, profesor de desarrollo sostenible en la Universidad de Surrey; Robert Skidelsky, profesor emérito de economía política en la Universidad de Warwick; y Juliet Schor, profesora del Departamento de Sociología de la Universidad de Boston, son algunos de los colaboradores del libro.