El parlamento turco prepara una ley que busca restringir la venta de alcohol. Sin embargo, existen países en los que su consumo no solo es restringido, sino totalmente prohibido. Sí. Hay naciones en las que los bares no existen y en las que el juntarse con los amigos a armar una juerga de aquellas incluso podría ser castigado con una inmisericorde sesión de latigazos.
En muchos países musulmanes el consumo de bebidas espirituosas está vetado. Allí, beber no solo es pecado, es ilegal. Por ejemplo, en Arabia Saudita se prohíbe su consumo, producción e importación. Violar la ley implica severos castigos que incluyen semanas o meses en la cárcel y el tener que recibir sendos latigazos. En Afganistán, Irán, Sudán, Bangladesh y Yemen, entre otros, también existe la prohibición. En algunas ciudades de la India, como Gujarat y Manipur también hay leyes que se oponen a su ingesta y distribución.
Sin embargo, también existen naciones que son ligeramente más flexibles. En Qatar importar alcohol y emborracharse está penado. Sin embargo, es posible conseguir bebidas espirituosas en algunos restaurantes y en los bares de ciertos hoteles.
La razón
Los musulmanes suelen condenar el consumo de alcohol porque su libro sagrado así lo dispone, o al menos así es como muchos interpretan determinados pasajes.
«La palabra árabe que utiliza el Sagrado Corán al respecto es jamr. Su significado en español es cubrir, y todas las cosas que cubren a otras son llamadas jimmár. Otros significados del término árabe jamr son: lo fermentado, lo embriagante. Es por ello que la religión islámica declara ilícito y considera pecado (haram) no solo lo fermentado, sino todo embriagante», se explica en el portal organizacionislam.org.
Por El Universal/GDA