El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha puesto de nuevo manos a la obra con una agenda política cargada, tras regresar este fin de semana de sus vacaciones navideñas en Hawai, y pasó hoy la mayor parte de la jornada en reuniones a puerta cerrada con sus asesores.
El presidente hace frente en primer lugar al vencimiento de los subsidios por desempleo, que expiraron hace una semana y cuya desaparición se calcula que está afectando a 1,3 millones de estadounidenses.
Obama reiterará mañana, en un acto público desde la Casa Blanca, la necesidad de que el Congreso prorrogue una vez más las ayudas para los desempleados de larga duración, con el objetivo no sólo de ayudar a esas familias sino de mantener el camino de recuperación económica que lleva el país.
El presidente estará rodeado durante su discurso de algunos de los afectados que acaban de perder estos subsidios, e insistirá en que al menos el Congreso apruebe la prórroga de tres meses que propugna una de las disposiciones que ahora está considerando el Senado.
Obama se enfrenta a un año repleto de retos políticos en los que deberá encontrar un punto de encuentro con la oposición republicana, mayoritaria en la Cámara de Representantes y que a lo largo de 2013 torpedeó a muchas de sus propuestas, entre ellas la legislación sobre el control de la venta de armas o la reforma migratoria.
«El presidente comienza este año dispuesto a trabajar con el Congreso, en cooperación y con un espíritu de compromiso, para lograr aquello que ayude al pueblo estadounidense, que ayude a la clase media, que ayude a que nuestra economía crezca», dijo hoy el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en su primera rueda de prensa del año.
Según explicó Carney, el presidente se siente optimista ante los posibles acuerdos con los republicanos después de que a finales de año se llegara a un compromiso bipartidista sobre el presupuesto federal tras un duro mes de octubre en el que por las diferencias al respecto no se pudo evitar el cierre parcial de la Administración durante dos semanas.
«Si bien fue un paso modesto (…), fue una señal positiva. Así que tenemos la esperanza de que eso pueda presagiar más oportunidades para la cooperación en áreas como la inversión en nuestra economía, nuestro compromiso de reducir la tasa del impuesto de sociedades, la eliminación de una gran cantidad de lagunas fiscales» o para la creación de empleo, agregó el portavoz.
Carney también se refirió a la reforma migratoria, una de las asignaturas pendientes del programa de Obama desde su primera campaña presidencial en 2008, y cuya aprobación parecía posible en 2013 hasta que el texto acordado en la Cámara Alta de manera bipartidista se estancó en la Cámara de Representantes.
«La aprobación de una reforma migratoria integral es otra ocasión propicia para la cooperación bipartidista, dado el amplio apoyo de ambos partidos en todo el país y en el Congreso para tomar esa acción y seguir adelante con ella», dijo el portavoz.
El presidente afronta este principio de año con otro objetivo clave, como es consolidar la aplicación de la reforma sanitaria, bandera de su primera mandato y denostada por los republicanos tras los fallos sufridos por la web de contratación de los nuevos seguros de salud.
Los traspiés sufrido en la implantación de la nueva ley sanitaria y el apenas millón de personas inscritas en los nuevos seguros se suman, además, a la caída de la popularidad de Obama que revelan las encuestas.
El presidente también habrá de tomar una decisión temprana acerca de si modifica o no los programas de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional, la NSA, tras las revelaciones sobre un espionaje masivo hechas por el extécnico Edward Snowden, actualmente refugiado en Moscú.
Después del escándalo internacional, se espera que el mandatario haga una declaración definitiva en los próximos días o semanas en la que concrete si llevará adelante una reforma de los programas de recopilación de datos de la NSA, para hacerlos compatibles dentro con el respeto de la privacidad y la Constitución y para tranquilizar fuera a los aliados de EE.UU.