El defecto de sal en un plato es, lógicamente, mucho más fácil de solucionar que el exceso. Sin embargo, también hay pequeños trucos para enmendar este descuido.

En muchas ocasiones ocurre que, al probar un receta que estamos preparando, nos damos cuenta de que se nos ha ido la mano con la sal. Un descuido que suele ser más frecuente cuando en dicha receta se incluyen ingredientes como el jamón, las anchoas, etc, ya de por sí con un alto contenido en esta sustancia. Y, aunque no es fácil reparar el error (siempre es preferible pecar de escasez, puesto que en este caso sumar es más sencillo que restar), sí que existen ciertos trucos caseros que nos ayudarán a enmendar la situación en determinados casos. Estos son algunos de ellos:



– Si se trata de guisos, salsas o sopas, pon unos trozos de papa cruda pelada, y espera a que esté cocida antes de retirarla. La papa absorberá el exceso de sal.

– También funciona el truco de una miga de pan (que luego se retira) , aunque la papa suele ofrecer mejores .



– Si es una  de carne en ragú, por ejemplo, puedes añadirle salsa de tomate o algo de nata líquida para que resulte menos salada.

– Si son verduras, pásalas bajo el chorro de agua.

– También el chorro de agua funciona con unas anchoas demasiado saladas. Remójalas unos minutos en agua muy fría y sécalas bien en papel absorbente.

– Si es un aliño o vinagreta, prueba a agregar un poco de orégano.

Fuente: Hola