Muchas empresas podrían pensar que todos sus empleados tienen un compromiso con el trabajo… pero esto es sólo un mito. En un ambiente organizacional hay trabajadores de todo tipo: aquellos que se “ponen la camiseta” por su compañía, algunos que hacen su trabajo pero no se esfuerzan más allá y otros que, sencillamente, no “suman”.
Así lo dejó entrever Liliana Silva, experta en ambiente organizacional y Directora de Mercadotecnia del Grupo Xtra, quien agregó que tener profesionales de esta última categoría puede representar un día perdido en una semana de trabajo.
Un ejemplo de estos trabajadores improductivos, que son considerados un riesgo para una compañía por su escasa entrega, son los que se quejan frecuentemente de sus condiciones y no aportan ideas que sean determinantes para el futuro de la organización.
“Cuando existe un ladrón de tiempo laboral no sólo desciende la productividad sino que se genera un clima laboral negativo y la empresa desarrolla una imagen de ineptitud”, añadió la experta en conversación con CNN Expansión.
En este contexto, Silva detalló los cinco tipos de trabajadores improductivos con los que ninguna empresa quiere trabajar.
1.- -Duplicador.
Se refiere al empleado que lleva a cabo cualquier tarea desde cero, sin preguntar si alguien ya está trabajando en ello o si ya se realizó por completo.
Las razones que llevan a una persona a ser un trabajador duplicador son, según la experta, el ego (pensar que uno lo hará mejor), la apatía (no considerar el trabajo del otro) o la distracción (hacerlo sin consultar).
2.- Inconcluso.
Muchas veces deseamos empezar por las labores fáciles y luego seguir con las complejas, sin embargo, esto no es lo más recomendable.
Lo anterior, ya que tener un esquema de trabajo con estas características puede volverte un empleado inconcluso, aquellos que dejan lo “pesado” para el final y luego se desmotivan al ver la carga laboral que tienen (muchas veces sin terminar su trabajo).
Por regla general, aclaró Silva, es primordial empezar con las tareas más complicadas y luego hacer las menos complejas y hasta satisfactorias. Así terminarás mejor tu jornada, evitando un dolor de cabeza cuando el reloj marque la hora de salida.
3.- Hiperactivo.
Los trabajadores hiperactivos, unos de los más comunes dentro de una empresa, son aquellos que se creen capaces de ocuparse de todo pero sin priorizar o saber si lo que realizan tiene importancia para la empresa.
“Una de las tareas más difíciles a las que se enfrenta un profesional, a lo largo de su trayectoria, es definir objetivos y trazar la ruta para alcanzarlos”, destacó CNN.
4.- Exagerado.
Se relaciona con los trabajadores que incurren en entregar un exceso de información o detalles que, lejos de mejorar o agilizar su trabajo, lo hacen más confuso y complejo.
“Las tareas de un puesto deben estar orientadas para facilitar la vida a los involucrados”, complementó CNN.
5.- Autómata.
Son aquellos empleados que no tienen iniciativa. Suelen llegar a sus puestos de trabajo y, literalmente, instalarse a ver cómo pasa la jornada sin aportar nada. Sus tareas son rutinarias, no están interesados en sus colegas ni en que la empresa avance y el valor de su trabajo es nulo.
Al respecto, Silva señaló que “Es fácil caer en esta categoría cuando estamos desmotivados, cuando hemos perdido el impulso y cuando estamos inmersos en una actividad que no nos satisface”, por lo que si te sientes identificado con esta descripción es probable que debas cambiar de empleo.