Por Ezra Fieser
SANTO DOMINGO – Los nombramientos diplomáticos son los cargos más apetecidos en muchos países pobres, pero el Servicio Exterior de República Dominicana no parece tener muchos rivales cuando se trata de pagar favores políticos y gastar el dinero de los contribuyentes.
Un listado de diplomáticos suministrado por el Gobierno de la pequeña nación caribeña enumera 77 personas de su misión ante las Naciones Unidas, de ellas 63 en Nueva York y 14 en Suiza. Sin embargo, el «Libro Azul» de Naciones Unidas de personal acreditado sólo registra 37 personas.
Los Gobiernos regularmente otorgan cargos diplomáticos al círculo que los apoya, pero el número de diplomáticos acreditados de la nación de 10 millones de habitantes empequeñece la lista de diplomáticos de otros países de la región.
Colombia, por ejemplo, que tiene cuatro veces la población dominicana y una economía seis veces mayor, tiene 16 diplomáticos en la ONU. México, el segundo mayor país por población y PIB de América Latina, tiene 21.
La retribución de favores políticos es una vieja denuncia en América Latina, donde empleos «fantasmas» del sector oficial han sido blanco de importantes instituciones como el Banco Mundial, que busca recortar la carga de las abultadas burocracias.
El tema resurgió nuevamente en República Dominicana en marzo, cuando la prensa local informó que dos cónsules generales que trabajaban en Nueva York y Boston fueron abruptamente reemplazados en marzo después que el Departamento de Estado de Estados Unidos se negó a aceptar sus cartas credenciales porque ambos eran ciudadanos estadounidenses.
Los cónsules reemplazados, Luis Lathgow y Ana Gratereaux, no pudieron ser contactados para un comentario.
Hay más de 687.000 dominicanos residentes en Estados Unidos según el censo estadounidense del 2010, cerca del 2 por ciento de la población extranjera.
Un organismo que investiga hechos de corrupción estima que más de la mitad de las designaciones diplomáticas en el país no están en sus cargos pero siguen recibiendo sus pagos del Gobierno.
Estos funcionarios son localmente conocidos como «botellas vacías».
«Eso se refleja negativamente en el Gobierno. Es una señal de corrupción», dijo Julio César de la Rosa, presidente de la Alianza Dominicana Anticorrupción.
El sistema del clientelismo se extiende más allá del Servicio Exterior. En Santo Domingo, la capital, dos de los mayores edificios de oficinas del Gobierno son conocidos sarcásticamente como «Huacal» y «Huacalito», las cajas de madera utilizadas para entregar botellas a los almacenes.
MODERNIZANDO EL SISTEMA
A principios de abril, el Gobierno del presidente Danilo Medina dijo que propondría una ley para modernizar el sistema diplomático, pero no especificó qué cambios incluiría.
El ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Morales Troncoso, dijo que esperaba que la ley disminuya la nómina de su despacho. Si bien los salarios representan una fracción del presupuesto dominicano de 14.000 millones de dólares, se han convertido en la punta de lanza para acusaciones contra el gasto del Gobierno.
«Lo que debe hacerse es que el Gobierno revise exhaustivamente cada posición, evalúe a cada funcionario y determine cuales son legítimos», dijo De la Rosa del grupo anticorrupción.
Además de Naciones Unidas, el Servicio Exterior tiene 97 diplomáticos en Nueva York, 56 en Miami, 28 en Boston, 14 en Nueva Orleans y 10 en San Francisco. Otros 30 están en la Organización de Estados Americanos en Washington.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo en un comunicado que trabaja con el Gobierno dominicano «para asegurar que se sigan los procedimientos apropiados».
Un mensaje de la embajada estadounidense en Santo Domingo de 2009, divulgado por el sitio de WikiLeaks, se refería a «un gran sistema de clientelismo por el cual decenas de ‘vicecónsules’ no acreditados son designados y pagados por decreto presidencial, pero actúan independientemente del Ministerio de Exteriores».
Bernardo Vega, un ex embajador dominicano en Washington, dijo que en países como España y Estados Unidos los funcionarios consulares dominicanos no acreditados superan a los acreditados en una proporción de más de dos a uno.
«Hay gente que recibe un cheque como funcionario en un consulado extranjero pero nunca han salido de República Dominicana», dijo Vega.
El Gobierno dice que paga alrededor de 32 millones de dólares anuales en salarios para funcionarios del Servicio Exterior. Los diplomáticos ganan entre 1.800 y 6.000 dólares mensuales, de acuerdo a estadísticas suministradas a Reuters bajo la ley de libertad de información del país.
En promedio, el salario de un funcionario oscila entre 750 y 1.000 dólares al mes, en un país donde el ingreso por habitante es de unos 5.470 dólares, según el Banco Mundial.
Un diplomático ausente en su puesto y hablando bajo condición de anonimato dijo: «Yo soy vicecónsul, sí, pero nunca he trabajado en ese país». Explicó que su familia tiene vínculos con el partido de Gobierno y «me lo dieron (el cargo) por el trabajo de mi padre».
(Editado en español por Luis Azuaje) / noticias.yahoo.com