La abuela del menor que realizó la llamada que paralizó las actividades del Aeropuerto Internacional de las Américas el martes pasado, por una falsa alarma de bomba en un avión, dijo que su nieto está muy arrepentido.
María Altagracia afirmó que ha sostenido varias conversaciones con su nieto sobre la pesada broma telefónica, que de acuerdo a las autoridades del AILA causó pérdida entre los 600.000 y el millón de dólares, debido al amplio operativo montado alrededor del aparato.
La abuela, que reside junto a sus tres nietos en su humilde casa en un sector de Sabana Perdida, dijo que se ha sentido muy agobiada por la broma de su nieto, ya que ella es la tutora de los tres hermanos.
Una de las hermanas del niño de 10 años, cuyo nombre se omite por razones de ley, pidió a los investigadores del DNI, el retorno de su laptop y el celular que fueron ocupados antes de interrogarles.
La joven dijo que no tienen dinero para poder comprar esos aparatos, que son herramientas indispensables para ella poder conseguir un trabajo, ya que está a punto de iniciar la universidad.
A primeras horas de la tarde del martes una llamada fue interceptada por organismos de seguridad dominicanos, avisando de la colocación de una supuesta bomba en un avión de la aerolínea Jetairfly procedente de Bruselas y con llegada prevista a Punta Cana, al este del país, con 274 pasajeros a bordo.
La llamada avisando de la presunta bomba a bordo fue realizada, según las citadas fuentes, desde el sector Sabana Perdida de Santo Domingo.
El vuelo 205 de la aerolínea Jetairfly, desviado a Santo Domingo tras el aviso, fue situado en la zona sur del aeropuerto y sus pasajeros evacuados, hasta que las autoridades determinaron que no había en el avión ningún aparato explosivo.
El aeropuerto estuvo cerrado por más de seis horas y esto causó el retraso de decenas de vuelos, mientras que los que estaban programado a aterrizar tuvieron que hacerlo en el aeropuerto de La Romana.
EFE
