LONDRES. El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, aseguró este lunes en una rueda de prensa que abandonará «pronto» la embajada de Ecuador en Londres, donde está refugiado desde hace 26 meses para evitar una extradición a Suecia.

Julian-Assange-WikiLeaks



«Puedo confirmar que me iré de la embajada pronto», declaró Assange, antes de precisar que su salida no se deberá a las razones «publicadas en la prensa [del grupo] de Murdoch», que la víspera publicó que tiene presuntos problemas de salud.

La prensa británica escribió este fin de semana, citando una fuente de WikiLeaks, que el australiano Assange padece arritmia cardíaca y problemas de pulmón, además de una presión sanguínea demasiado alta.



Assange no dio ninguna precisión sobre el momento y la forma en que saldrá de la embajada ecuatoriana en Londres.

En su conferencia de prensa, Assange estaba acompañado del ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño.

El funcionario ecuatoriano no habló de ningún plan para sacar a Assange de la embajada, pero llamó a actuar a todos los gobiernos implicados en el caso, haciendo valer que dos años «es demasiado».

El canciller dijo que su gobierno sigue ofreciendo protección a Assange, y que está dispuesto a hablar con los gobiernos británico y sueco para encontrar una solución al caso del fundador de WikiLeaks, especializado en la divulgación de información confidencial.

El ministro apuntó al lanzamiento de una campaña internacional por la liberación de Assange, sin dar precisiones.

El fundador de WikiLeaks vive en la embajada ecuatoriana desde junio de 2012, y ha agotado todos los recursos jurídicos para evitar la ejecución de una orden de arresto emitida por Suecia.

Assange niega las acusaciones de agresión sexual presentadas en su contra por dos jóvenes suecas. Además dice temer que, en caso de entregarse a la justicia sueca, sea luego entregado a Estados Unidos, para responder por la publicación de cientos de miles de documentos secretos del ejército y el gobierno norteamericanos.

A mediados de julio, un tribunal de Estocolmo mantuvo la orden de arresto contra Assange, echando un jarro de agua fría a las esperanzas de resolución de una saga judicial que dura ya cuatro años.