Un ex cabecilla paramilitar colombiano, acusado de cometer más de 5.000 homicidios en el noreste del país a finales de la década del 90, fue capturado en Panamá el fin de semana, informaron el viernes las autoridades policiales de ambos países.

El director de la Policía Nacional de Panamá, Omar Pinzón, dijo por teléfono a The Associated Press que el ex paramilitar, identificado como Armando Alberto Pérez Betancourt, fue apresado en la provincia de Veraguas, en el centro del país, luego de recibir información de las autoridades colombianas de que se trataba de un sujeto de alta peligrosidad. Agregó que el colombiano portaba documentación falsa.



Previamente, el director de la policía colombiana, general Rodolfo Palomino, anunció la captura a los periodistas en Bogotá.

De acuerdo con Palomino, el Consejo de Seguridad Nacional de Panamá lo detuvo en cumplimiento de una circular roja emitida por Interpol y lo dejó a disposición de investigadores colombianos que lo buscaban hace una década.



Según dijo, hay 81 órdenes de captura vigentes contra Pérez Batancourt, alias «Camilo», por homicidio, desaparición forzada y otros crímenes de lesa humanidad. Además tiene cuatro condenas ejecutoriadas que suman 120 años de cárcel por su participación en las masacres de las regiones colombianas de Tibú y La Gabarra, ocurridas entre 1999 y 2000.

El jefe policial agregó que Pérez Betancourt, al mando de 1.500 paramilitares, «asesinó a por lo menos 5.200 personas y las sepultó en fosas comunes en fincas (del departamento) de Norte de Santander», en la frontera con Venezuela.

Explicó que, según testimonios entregados por paramilitares a las autoridades, «habría ordenado a sus hombres que abusaran sexualmente de 39 mujeres y las sometieran a trabajos domésticos».

En 2004 Pérez Betancourt se sometió a la justicia colombiana luego de la desmovilización de las bandas paramilitares. Después huyó a Venezuela y se dedicó al control de rutas del narcotráfico.

Informa elnuevoherald.com, en su portal que hace cuatro años se radicó en Panamá, donde se hacía pasar como un próspero constructor.

Según la Policía colombiana, Camilo «empezó a evidenciar algunas excentricidades que llamaron la atención de los pobladores. Aunque nunca se le conoció un proyecto urbanístico, el delincuente adquiría vehículos de alta gama y vivía en una vivienda lujosa».

Contrario a lo afirmado por Palomino, la Corte Suprema colombiana ha dicho que Camilo estuvo en la región del Catatumbo entre 1999 y 2004.

Allí, junto al también jefe paramilitar Jorge Iván Laverde, alias «el Iguano», estuvo al frente de varios miles de homicidios.

«El Iguano» ha reconocido ante la justicia colombiana la comisión de más de 3.000 homicidios, ya por mano propia, ya como ordenador.