BOGOTÁ – Uno de los principales protagonistas de la guerra narcoterrorista con la que el cartel de Medellín azotó Colombia en los 80 y 90 volvió a la calle.

popeyeJhon Jairo Velásquez Vásquez, alias «Popeye», el asesino de confianza del capo Pablo Escobar, logró sobrevivir a 23 años de cárcel y a sus decenas de enemigos. El miércoles pasado se escabulló por una calle de Bogotá en donde lo esperaban cinco personas en una camioneta blindada. Una de ellas es la misma que gestionó la fianza que le abrió las puertas de la prisión. Quienes lo acompañaron dicen que el otrora gran criminal salió jurando que se había regenerado.



Pero, a pesar de su discurso, las autoridades tienen instrucciones de monitorear al hombre que se autocalifica como un «buen sicario» y que asegura que su «profesionalismo» quedó demostrado cuando asesinó en la cárcel de La Catedral a Gerardo «Quico» Moncada (ex socio de Escobar): lo picó y lo derritió en ácido para no dejar ningún rastro.

De hecho, en la alcaldía de Medellín, ciudad que le sirvió de cuartel a los hombres de Escobar, no descartan que «Popeye» haya guardado información sobre narcocaletas con plata. Además, que el asalto del jueves pasado a la casa vecina de donde murió Escobar esté relacionado con la salida de «Popeye». Según testigos, dos hombres armados llegaron buscando lo que dejó «el patrón».



La conducta del ex sicario genera inquietud. Tres expertos psiquiatras forenses coincidieron en que, por sus discursos, expresiones y comportamientos, podría registrar un trastorno de personalidad que lo lleve de nuevo a delinquir. Esa conducta, dicen, se evidencia en la facilidad con la que salió a los medios con un doble discurso: pedir perdón para luego jactarse de haber participado en más de 3000 crímenes, como la bomba en el avión de Avianca (1989) y los magnicidios de Carlos Mauro Hoyos y Luis Carlos Galán Sarmiento.

«No hay un bandido en Colombia tan preparado como yo para volver a la libertad o para volver a la violencia», advirtió en una entrevista con RCN un día antes de su excarcelación. Los expertos creen que ese posible desorden psicológico también queda al descubierto en frases que disparó en varios medios, con las que aún magnifica y alaba las conductas ilícitas de Escobar. Lo califica de «genio que inspiraba lealtad infinita» y de «líder». Incluso insiste en que al capo no se lo puede calificar de asesino porque sólo mató por su propia mano a 20 personas.

La adoración profesada llegó a tal punto que obedeció sin titubear la orden que le dio Escobar de asesinar a Wendy Chavarriaga, que primero fue amante de Escobar y luego de «Popeye», y que el jefe del cartel de Medellín ordenó ejecutar cuando supo que le daba información al Bloque de Búsqueda. «Popeye» confesó varias veces que era el amor de su vida. Pero también, que la muerte que más le ha dolido es la de Escobar.

Esa adoración por un monstruo igual a él, al que creía inmortal, y la permanente reconstrucción de sus crímenes -300 ejecutados por él mismo- son conocidas en psiquiatría forense como un déficit de conciencia moral. «Transgredir las normas sociales es el modo de vida de este tipo de personas, sin importar las consecuencias legales, y es difícil que se corrijan», explica Jorge Forero, médico psiquiatra del Instituto para el Desarrollo de la Salud Emocional. Y concuerda con los otros expertos en que el ex sicario o quien sufra de ese desorden puede, en cualquier momento, actuar como lo hizo en el pasado. Ese «chip» se dispara cuando alguien reta su supuesta grandiosidad.

Eso explica comportamientos como el que tuvo «Popeye» a fines de 1989, cuando intentó ingresar a una discoteca en Medellín y mató a sangre fría al portero que se lo impidió. Luego entró al lugar y empezó a disparar indiscriminadamente.

Al respecto, Forero explica que estas personas se caracterizan por la poca tolerancia a la frustración y, por eso, consideran que la manera de lograr sus objetivos es matando.

Para los especialistas, el proceso de rehabilitación que le haya aplicado el polémico sistema penitenciario colombiano a «Popeye» es clave para definir su comportamiento futuro.

«Hay que evaluar si el sistema ha operado en el proceso de resocialización. Si fue así, es posible que se hubieran efectuado cambios profundos en la estructura de pensamiento», explica Forero. En el protocolo de salida de «Popeye» de la prisión de máxima seguridad de Cómbita (Boyacá) se indica que no le practicaron exámenes psiquiátricos. Y su historial tras las rejas denota comportamientos cíclicos: desorden y rebeldía, combinados con disciplina y sometimiento.

El ladero más fiel de Escobar

Jhon Jairo Velásquez 

Sicario del cartel de MedellÍn 

Conocido como «Popeye», fue uno de los artífices de la narcoguerra que libró el cartel de Medellín en los años 80 y 90, en Colombia.

Trastornos

Según los peritos psiquiátricos, tiene un trastorno de personalidad que podría volver a llevarlo a delinquir si siente que le ponen límites. Se lo considera responsable de más de 3000 crímenes y 300 ejecuciones.

Fuente: lanacion.com