La mayoría de las personas se aplica el antitranspirante en la mañana antes de salir de casa. Sin embargo, los expertos dicen que no es lo más adecuado.

desodorante



La doctora Dee Anna Glaser, presidenta y miembro fundadora de la Sociedad Internacional de Hiperhidrosis, señaló al portal misceláneo estadounidense Own que el momento es muy importante cuando se trata de controlar el sudor. A diferencia del desodorante, que sólo cubre el olor, el mejor momento para aplicar el antisudoral es antes de acostarse.

Ella explica que mientras dormimos, tenemos la cantidad mínima de sudoración que puede haber en la piel, “eso ayuda a agarrar el ingrediente activo”, permitiendo “disminuir el conducto de sudor”.



En cambio, si lo aplicamos en la mañana -como casi todos lo hacen- nuestro nivel basal de producción de sudor es muy alto. “Así que no importa si estás utilizando un antitranspirante regular o uno recetado, vas a obtener mejores resultados si lo pones en la noche”, afirma Glaser.

“Aún cuando te duches o afeites las axilas por la mañana, no será eficaz”, si no te pusiste el producto antes de dormir, puntualiza la especialista.

Otro asunto a considerar es que si tu antitranspirante está fallando puede ser porque no es el indicado para ti. Si tienes este problema intenta aplicar un talco que absorba la humedad, además del antisudoral. También puedes usar una loción limpiadora de rostro que contenga peróxido de benzoilo, en las axilas.

¿Sudas en exceso?

Si eres de los que suda en exceso, puedes tomar ciertas precauciones:

1. Prefiere barras y geles

¿Sabías que los desodorantes de barra o gel tienen más concentración de sales de aluminio, por lo tanto, controlan mejor el sudor? Además, es una opción más económica que un spray, porque se desperdicia menos producto.

2. Usa ropa de algodón

Durante el verano prefiere las prendas de algodón, pues evitarán que te acalores en exceso.

3. Ojo con lo que comes

Aunque no lo creas lo que comes y tu olor corporal tienen relación directa. Si eres propenso al mal olor, evita el azúcar refinada, la harina blanca, los aceites hidrogenados, alimentos procesados, carnes rojas, ajo, cafeína y comino. Por el contrario, procura consumir una dieta rica en cereales integrales, vegetales de hojas verdes, brotes, frutas frescas, productos a dase de soja y frutos secos.