india-daily-life-del152Nueva Delhi.- Una mujer fue encerrada durante tres años en un baño por su marido y familia política por no haberles pagado la dote matrimonial que demandaban en el estado de Bihar, en el centro de la India, informaron hoy fuentes oficiales.

La joven fue rescatada el domingo de una casa de la localidad de Darbhanga, donde permanecía recluida en un «pequeño espacio» y era alimentada con sobras de forma irregular, dijo un portavoz de la comisaría local, Seema Kumari, a la agencia india PTI.



Cuando la encontraron, la chica, de 25 años, llevaba ropa harapienta, las uñas extremadamente largas y el pelo descuidado.

Poco después de su boda en 2010, el marido y los suegros comenzaron a torturarla, una situación que empeoró cuando dio a luz a un bebé de sexo femenino, al que no le permitieron ver desde el comienzo de su encierro.



«Lo primero que hizo fue preguntar por su hija de tres años. Al ver que la niña no la reconocía, rompió a llorar desconsoladamente», detalló Kumari.

La Policía detuvo al marido y a los suegros de la víctima gracias a la insistencia del padre de la muchacha, harto de ser ahuyentado cada vez que intentaba visitar a su hija en Darbhanga.

En la India, las mujeres están obligadas a pagar al novio y a su familia una dote, una práctica prohibida por ley pero que se ha acentuado con la llegada de la modernidad y el consumismo.

En uno de los últimos casos hechos públicos, a finales de junio una mujer fue quemada viva por su marido y su suegra en el norteño estado de Uttar Pradesh por no pagar lo suficiente.

Las mujeres indias son vistas como una fuente de gastos que no produce ingresos, por lo que las familias políticas, de las que la novia pasa a formar parte tras la boda, exigen una dote para compensar las pérdidas económicas que les supondrá en el futuro.

Esto, sumado al elevado coste de las ceremonias nupciales, hace que cada año entre 25.000 y 100.000 mujeres sean asesinadas en el país por motivos económicos relacionados con los casamientos, según datos de la Fundación Vicente Ferrer.

EFE