El presidente estadounidense Barack Obama pidió este jueves a líderes hispanos votar en las elecciones legislativas de noviembre para poder lograr una reforma migratoria, enterrada por los opositores republicanos en el Congreso.
“Para avanzar más allá de lo que yo puedo hacer de forma limitada, vamos a necesitar legislación. Y para tener esa legislación más rápido que tarde, hay otra cosa que necesito que hagan (…): votar”, dijo Obama.
En un corto discurso durante la gala del Instituto del Caucus Hispano del Congreso (CHCI), el mandatario prometió que tomará medidas ejecutivas sobre el tema migratorio después de las elecciones y antes de fin de año.
“No es una cuestión de si (lo voy a hacer), sino cuándo”, afirmó Obama, que enarboló un proyecto de reforma aprobado que comprendía la eventual legalización de los 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
El proyecto fue aprobado en 2013 por el Senado dominado por los demócratas, pero los opositores republicanos lo enterraran en la Cámara de Representantes.
“Pero el hecho es que no importa qué tan osado sea. Nada de lo que yo haga será tan completo y duradero como el proyecto del Senado. Cualquier cosa que yo haga puede ser revertida por el próximo presidente”, dijo Obama.
Obama había anunciado su intención de actuar con poderes ejecutivos hasta el fin del verano boreal para paliar la incapacidad del Congreso de aprobar una reforma del sistema migratorio, pero a última hora decidió postergar cualquier decisión sobre una eventual legalización de inmigrantes ilegales.
La decisión cayó como un balde de agua fría entre el fuerte lobby proinmigración y los políticos latinos, que esperaban medidas para detener las deportaciones, un récord desde que inició su gobierno en 2008.
En filas demócratas, el influyente senador cubanoestadounidense Robert Menéndez, uno de los artesanos de la reforma aprobada en el Senado, declaró que estaba “profundamente decepcionado de que el presidente no haya actuado”.
Pero Obama, que se dirigió por quinta vez al destacado foro hispano -la ocasión se remonta a sus días de candidato presidencial en 2008-, insistió que “no cederé en esta pelea hasta que se logre” una reforma.
“Pasaré las próximas ocho semanas (…) explicando por qué la inmigración es buena para la economía y para todos”, añadió el mandatario.
AFP
