Wilkin Cuello González sentado hoy en una silla de ruedas en un humilde hogar que apenas puede permitirse el lujo de alquilar. El teniente del Ejército urga en sus memorias y recuerda la primera vez que deslizó sus dedos por la arena blanca y fría en la cual se llevó a cabo la guerra en Irak.

Por: Miamiherald.com