Por Abel Guzmán Then Diario Libre

Luego de 21 años de alianza con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la familia Castillo Semán y la Fuerza Nacional Progresista (FNP) se han convertido en los más influyentes en el gobierno, y han logrado tener un ministro, tres directores generales, un diputado y un ministro consejero en Cuba.



En el actual gobierno es que han tenido mayores contradicciones, sobre todo en lo relativo al manejo del tema migratorio, con la aplicación del Plan Nacional de Naturalización de extranjeros.

Su influencia sobre los temas del narcotráfico, la migración, las aguas territoriales y la minería se han afianzado en los gobiernos del expresidente Leonel Fernández y en la actual administración del presidente Danilo Medina.



Los Vincho

El presidente de la FNP, Marino Vinicio (Vincho) Castillo es el director Nacional de Ética e Integridad Gubernamental y asesor de Drogas del Poder Ejecutivo; su hijo Pelegrín Castillo es el secretario de organización del partido y ministro de Energía y Minas en el gobierno.

José Ricardo Taveras, secretario general del partido, es director general de Migración. También están en el tren gubernamental los miembros de la comisión ejecutiva de la FNP, Norberto Rondón, presidente del Consejo Nacional de Fronteras; Pascual Prota, presidente de la Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos (Anamar), y Radhamés Batista, ministro Consejero de República Dominicana en Cuba.

Vinicio Castillo Semán, diputado que sustituyó a su hermano Pelegrín en la curul, recuerda que la alianza con el PLD la sellaron Juan Bosch y el presidente de la FNP, en diciembre de 1993.

La FNP fue el quinto partido que más le aportó al PLD en los comicios del 2012, alcanzando 33,170 sufragios, para un 0.73% del total general.

El politólogo César Pérez considera que estos cargos son una desproporción absoluta en relación a su tamaño real en el electorado y sus niveles de influencia.

Argumenta que la campaña negativa de la FNP se ha basado en el miedo, y puso como ejemplo la que le hicieron a José Francisco Peña Gómez en 1994 y 1996.

“Realmente se ha llegado a unos niveles insospechados e intolerables en lo que es su influencia en las directrices generales del gobierno en lo que respecta al tema migratorio”, estimó.

La Fuerza Nacional Progresista defiende cargos

Castillo Semán también recuerda que el PLD llegó al poder en 1996 en base a un acuerdo con varias fuerzas políticas, y que su padre jugó un papel importante para el apoyo del entonces presidente Joaquín Balaguer.

“A los adversarios nuestros yo los entiendo que les duela esa alianza, pero esa alianza la procuró Juan Bosch, e incluso llevó a mi padre de candidato a senador del Distrito Nacional antes de la separación de la ciudad, en 1994”, expuso.

Agrega que “esto no es un problema solamente de votos, es un problema de participación política, si tú le preguntas al grupo de Hipólito por qué perdieron, la participación de la FNP fue decisiva en ese triunfo”.

Se defiende de quienes les acusan de únicamente hacer campaña sucia o negativa, y aclara que sólo han hecho una campaña con la verdad.