marihuanaEl avance de la legalización de la marihuana en Estados Unidos y su creciente demanda de heroína están dando un giro al mercado de las drogas en su vecino y gran proveedor México, advierten expertos.

Los decomisos de cannabis en las aduanas de Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas, «representaron el 94% de la totalidad de las incautaciones de dicha droga» en 2013 en todo el mundo, indicó la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un organismo de Naciones Unidas, en su último informe anual presentado esta semana.



Más de mil toneladas de esa droga se decomisan anualmente al ser traficadas entre México y Estados Unidos por su frontera de 3.140 km, la más transitada del mundo.

Pero esta dinámica parece ir caducando ante el avance de la legalización de la marihuana en Estados Unidos, incluido su consumo recreativo, ya aprobado en cuatro estados y la capital.



«Conforme va a avanzar la producción doméstica (de marihuana en Estados Unidos) esto afectará la producción en México», señala a la AFP Javier Oliva, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los productores mexicanos «van a buscar incrementar sus exportaciones a Europa y las posibilidades de consumo dentro del país», pronostica.

Esta tendencia, que según los expertos será comprobada a largo plazo, cuenta con terreno fértil en México.

Arguyendo el impacto de la violencia del narcotráfico en el país -más de 100.000 personas han sido asesinadas o desaparecidas desde 2006- han surgido iniciativas locales para despenalizar la venta de marihuana.

Aunque ninguna ha tenido éxito hasta ahora, el cannabis se ha convertido en la tercera «droga de impacto» en México, es decir, que tiene efectos que necesitan tratamiento médico, después del alcohol y el tabaco, advirtió Raúl Martín del Campo, representante de la Comisión Nacional contra las Adicciones.

Según el informe del JIFE, la marihuana incautada en Norteamérica «ha revelado un aumento de potencia», con un 37% más de tetrahidrocannabinol (THC), la sustancia que altera el sistema nervioso central.

– De la marihuana a la amapola –

Las ventas al menudeo de marihuana en Estados Unidos representaron un negocio de unos 41.000 millones de dólares en 2010, según reportó ese gobierno el año pasado.

Los cárteles mexicanos, fracturados por años de disputas y la caída de sus principales líderes (en la última semana fueron detenidos Servando Gómez «La Tuta» y Omar Treviño «Z-42»), saben que deberán compartir el mercado de la marihuana con sus nuevos competidores estadounidenses, que ya producen hierba de mejor calidad.

Así, narcotraficantes mexicanos están mudando sus cultivos del verde del cannabis al rojo encendido de las amapolas, apuntando hacia el mercado de la heroína estadounidense, que en 2010 generó unos 27.000 millones de dólares.

El consumo de heroína en Estados Unidos «se ha incrementado debido al estricto control en la prescripción de medicamentos opioides», dijo el martes a la AFP Alejandro Mohar, miembro de la JIFE, al presentar el informe en Ciudad de México.

«Los consumidores de drogas adictos a los opiáceos recurren cada vez más a la heroína, que normalmente es más fácil de obtener y más barata que los opioides de venta con receta», precisa la JIFE, que advierte a su vez de un descenso de los consumidores de cocaína en los últimos años en Estados Unidos.

Los efectos de estos cambios pueden estar sintiéndose ya a unos pocos miles de kilómetros al sur. Tan sólo en la región mexicana de Tierra Caliente en Guerrero (sur), donde los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecieron a manos de narcotraficantes coludidos con policías, se incrementó «casi en 300%» la producción de amapola en el último lustro, acotó Oliva.

Esta tendencia también se da en otras regiones como Durango (norte), que junto con sus vecinos Chihuahua y Sinaloa forman el llamado «triángulo dorado», una de las zonas históricas de plantación de droga.

La siembra de amapola ya ha rebasado a la de marihuana con proporciones de «tres por uno», dijo a la AFP Adolfo Domínguez, un mando militar desplazado a la zona.

«Seguramente los delincuentes han visto mejorar ese tipo de siembra y además atienden el factor demanda», apuntó. AFP