Higos

Las higueras cultivadas es poco habitual, ya que se fecundan sin necesidad de avispas.

Probablemente no lo sabías y ahora conocer el secreto de los higos puede conducirte a no querer probarlos jamás.

Y es que cuando nos comemos un higo, también nos estamos comiendo avispas, concretamente, las de la familia Agaonidae que se han especializado en polinizar las flores de las higueras.



Cada especie de higuera depende de una especie de avispa. Estas avispas entran al futuro higo para poner sus huevos y polinizan las flores con sus movimientos.

Para entrar usan un agujero natural que posee el higo, tan estrecho que a veces pierden alas o antenas al pasar. Después de depositar los huevos, mueren y el higo las reabsorbe, con lo que cuando nos comemos un higo, nos estaríamos comiendo la avispa muerta con él, generalmente «comemos» avispas macho, que no son alados y son los encargados de abrir un agujero para la salida de las avispas hembra, informa Abc, en su portal.



Aunque en las higueras cultivadas es poco habitual, ya que se fecundan sin necesidad de avispas. Pero en las naturales sí es frecuente este proceso.