Barcelona, España. Su 2014 fue para olvidar: bajo de forma, no ganó ningún título con el Barcelona y dejó escapar el Mundial con Argentina, pero Leo Messi resurgió de sus cenizas como un ave Fénix y vuela a lo más alto.

Sus flojas actuaciones en la cita mundialista, a pesar del controvertido premio de mejor jugador del torneo, generaron dudas sobre si el astro argentino podría volver a ser ese futbolista de videojuego que ganó cuatro Balones de Oro consecutivos entre 2008 y 2012.



Leo Messi

Su rendimiento este 2015 despejó cualquier atisbo de duda llevando al Barcelona a las puertas de un nuevo triplete. Ganadas la Liga y la Copa del Rey, solo falta imponerse el sábado a la Juventus de Turín y alzarse con la Liga de Campeones que redondearía una temporada de redención.



«El año pasado hice una temporada irregular. Estuve mucho tiempo fuera por culpa de las lesiones y me perdí muchos partidos. Cuando volví a los terrenos de juego nunca acabé de encontrarme bien», admitió recientemente el argentino.

«Fue un año que he intentado olvidar rápido para recuperar mi mejor versión gracias a la alegría, el trabajo y el esfuerzo, como he hecho siempre, y por suerte ahora me encuentro muy bien».

Su mejora física se debe sobre todo a un cambio en su dieta. El argentino de 27 años perdió 3,5 kilos desde que empezó a trabajar con el dietista italiano Giuliano Poser a principios de temporada.

Mucho más atlético, Messi no solo llega en plena forma a final de temporada después de no haberse perdido más que 70 minutos de Liga y de Liga de Campeones con el Barcelona, sino que ha recuperado sus endiablados cambios de ritmo que lo hacen casi imposible de detener.

La prueba definitiva fue el sábado en la final de la Copa del Rey contra el Athletic de Bilbao cuando anotó uno de sus goles más memorables de los 412 marcados de azulgrana.

En una exhibición de fuerza, velocidad e increíbles quiebros, se zafó de tres marcadores cuando parecía atrapado en la banda, se deshizo de un cuarto dentro del área y disparó ajustado al poste.

– «El mejor de todos los tiempos» –

Incluso el entrenador que mejor lo conoce y consiguió su explosión definitiva fue incapaz de detenerlo. En la víspera de su vuelta al Camp Nou como técnico del Bayern de Múnich, Pep Guardiola reconoció que «no hay sistema defensivo ni entrenador que pare» el talento de Messi.

Un día más tarde, Guardiola lo sufrió en sus propias carnes cuando dos geniales goles del ’10’ argentino en solo tres minutos desequilibraron definitivamente el cruce de semifinales de «Champions».

«Ha vuelto a ser el que era cuando yo tuve el privilegio de entrenarlo», dijo después de la eliminatoria en que quedaron eliminados por un resultado global de 5-2 (3-0, 2-3).

«Es el mejor jugador de todos los tiempos», afirmó.

Contra todo pronóstico, la Juventus ha vuelto a lo más alto del fútbol europeo pero la tarea de detener no solo a Messi, sino también a Neymar y Luis Suárez, parece titánica.

El tridente latinoamericano ha anotado un total de 120 goles esta temporada, mientras que toda la escuadra italiana solo lleva 103.

Además, tras un año en blanco, el Barcelona no piensa dejar escapar la oportunidad de convertirse en el primer equipo en la historia capaz de ganar dos veces el triplete.

«Veníamos de unos tiempos en los que se ganaba todo, cada año conseguíamos algún título, y tal vez tanto la gente como nosotros mismos no valorábamos lo que estábamos consiguiendo», reconoció el argentino.

«Ha pasado un año malo en que no ganamos nada, y ahora, cuando llegan estos éxitos, les damos la importancia que merecen y los disfrutamos más porque sabemos que son muy complicados de conseguir», añadió.

Messi puede haber perdido peso, pero su hambre de títulos sigue intacta. El argentino vuela hacia su cuarta Liga de Campeones y, probablemente, su quinto Balón de Oro.