El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el cierre por 72 horas de un sector de la frontera con Colombia tras denunciar una emboscada realizada por desconocidos que dejó heridos a dos militares y un civil, según anunció anoche.

«He dado instrucciones (a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana) de cerrar la frontera con Colombia en San Antonio del Táchira y en Ureña de manera inmediata por 72 horas», dijo Maduro en un contacto telefónico con el canal gubernamental VTV.



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El mandatario denunció que en la tarde del miércoles dos hombres en motocicleta atacaron por la espalda, con armas largas, a dos tenientes que cumplían operaciones contra contrabandistas en la ciudad de San Antonio del Táchira, en la frontera noroeste con Colombia.



Uno de los uniformados sufrió «heridas graves», en tanto que un transeúnte fue alcanzado por las balas, señaló el mandatario.

El ataque ocurrió cuando los militares «se dirigían en su tarea diaria a combatir esta mafia de bachaqueros (contrabandistas) paramilitares que vienen de Colombia», denunció el presidente venezolano.

Maduro dijo que espera «toda la colaboración de las autoridades colombianas para la identificación y captura» de los agresores, «en caso de que hayan pasado a territorio colombiano».

Asimismo, anunció el despliegue de un operativo especial para detener a los autores del atentado, aunque no dio detalles del mismo.

– Una frontera permeable y peligrosa –

Venezuela y Colombia comparten una porosa frontera de 2.219 km donde las autoridades de ambos países denuncian la actividad de grupos guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y contrabandistas de combustible y otros productos fuertemente subsidiados por el gobierno venezolano.

La denuncia de Maduro se produce en momentos en que su país enfrenta un desabastecimiento de al menos dos tercios de los productos básicos, un fenómeno que analistas atribuyen al férreo control de precios y a una sequía de divisas por la caída de los precios del petróleo, que genera 96% de los dólares de este país altamente dependiente de las importaciones.

A ello se suma una inflación que al cierre de 2014 rozó 70% (último dato oficial), pero que según expertos ya habría sobrepasado los tres dígitos.

Esto ha agudizado la depreciación del bolívar, sometido a cuatro tipos de cambio, de los cuales el paralelo es 110 veces superior al oficial de 6,3 bolívares por dólar.

Según la consultora privada Ecoanalítica, los contrabandistas de combustible pueden obtener una ganancia de 3.000% en el combustible que trasiegan desde Venezuela a Colombia.

Estas distorsiones han generado una escasez de billetes de alta denominación en la región limítrofe, donde de acuerdo con una investigación de Ecoanalítica, los contrabandistas pagan hasta 140 bolívares por un billete de 100, lo que facilita su logística para comprar productos en Venezuela que son revendidos en Colombia.

Aun cuando no hay una ordenanza del Banco Central, clientes de bancos en la frontera reportan que las entidades financieras venezolanas han limitado los retiros de efectivo para hacerle frente a este problema.