Ahora, ser la hermana mayor deja de tener algunos beneficios. Según un estudio publicado enJournal of Epidemiology & Community Health, las mujeres primogénitas tienen un 29 por ciento más de probabilidades de tener sobrepeso y un 40 por ciento más de chances de ser obesas que sus hermanas menores, dijeron los investigadores.
Científicos de Nueva Zelanda se basaron en los datos del Registro de Nacimiento de Suecia, que se inició en 1973 y que contiene información que se remonta a la primera visita prenatal en prácticamente todos (99%) los nacimientos en ese país.
«Este es el cuarto estudio que hemos realizado para caracterizar los riesgos de las primogénitas, en cuatro poblaciones distintas», dijo el investigador líder, doctor Wayne Cutfield, profesor de endocrinología pediátrica del Instituto Liggins de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda.
«Si se observan los riesgos de salud de las primogénitas, se encuentra que son más resistentes a la insulina que las que nacen luego, lo que es un factor de riesgo para la diabetes, y tienen una presión arterial más alta que las que nacen después», señaló.
Cutfield cree que esos riesgos podrían deberse a que llega menos sangre de la madre a la placenta en el primer embarazo que en los posteriores, porque los vasos sanguíneos son más estrechos en el primero.
Además, otro dato es que las recién nacidas primogénitas tienden a pesar menos que las posteriores, lo que podría ser el resultado de que menos nutrientes lleguen al primer feto, planteó.
A medida que las familias se han hecho menos numerosas, las primogénitas conforman una mayor parte de la población, lo que podría explicar parte de la epidemia de obesidad, sugirió. «Es un factor pequeño pero contribuyente», según Cutfield.
Conocer este riesgo de salud es útil para tomar decisiones sobre el estilo de vida y así reducir el riesgo de obesidad, hipertensión y diabetes.
Aclara el científico: «No quiero que las primogénitas crean que serán obesas o que contraerán diabetes o hipertensión. Se trata de un factor de riesgo, y el riesgo de contraer una enfermedad es una combinación de factores de riesgo, no un factor de riesgo solo».
El estudio
Los investigadores se centraron en el período entre 1991 y 2009 de mujeres que tenían 18 años de edad en el momento de su primer embarazo y que habían nacido de una madre que era similar con al menos 18 años de edad en ese momento. Se midió el peso, la altura, y se recogió información sobre la salud actual, el estilo de vida y los antecedentes familiares en la primera visita prenatal.
En total, 303.301 niñas nacieron entre 1973 y 1988, las cuales dieron a luz entre 1991 y 2009, de las cuales 206.510 fueron primeras o segundas al nacer. De éstas, estaban disponibles los datos completos de 13.406 pares de hermanas (un poco menos de 29.000 participantes en total). Los investigadores querían estudiar a las hermanas para tratar de tener en cuenta las influencias genéticas y ambientales compartidas en la vida temprana.
Al nacer, las primogénitas eran algo más delgadas que sus hermanas segundas, pero cuando eran adultas durante sus primeros tres meses de embarazo, su índice de masa corporal fue ligeramente superior (2,4%) que el de sus hermanas nacidas segundas.
El número de hijos en una familia no se asoció con el IMC o las probabilidades de tener sobrepeso/obesidad, pero tener más hermanos se vinculó con una menor altura y menos posibilidades de ser alto, posiblemente atribuible a la «hipótesis de dilución de los recursos», que sostiene que hay menos para todos a medida que una familia crece en tamaño, sugieren los investigadores.
Se trata de un estudio observacional así que no se pueden extraer conclusiones definitivas sobre causa-efecto y sólo las mujeres jóvenes fueron incluidas en el estudio, pero los hallazgos son similares a una investigación parecida en primogénitos varones adultos, dicen los autores.
Fuente: Infobae.com