La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sigue sin respiro: su aprobación entre la población es de apenas un 10%, según un sondeo divulgado el miércoles.

No obstante el pobre desempeño de esta economista de 67 años, el estudio de CNI/Ibope mostró una mejora de un punto porcentual respecto de la medición anterior de junio, que marcó el piso de su respaldo.



La pregunta central del trabajo fue «¿Cómo evalúa al Gobierno de Dilma?». En este Brasil sumido en una crisis que recorre desde la política hasta la economía, el 69% de los ciudadanos respondió que consideraba la gestión como mala o pésima (un punto más que en junio), un 21% respondió que regular, en línea con el sondeo precedente, y un 10% dijo que era óptimo o bueno.

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La encuesta, una de las más seguidas en el país, indicó que se detuvo la caída desenfrenada del respaldo a Rousseff, aunque es aún uno de los peores registros históricos para una figura presidencial desde la vuelta de la democracia tres décadas atrás.

«La popularidad de la presidenta Dilma se mantuvo inalterada entre junio y septiembre. Ninguno de los indicadores del estudio presenta una variación mayor que el margen de error», señaló CNI/Ibope, que detalló que los números empeoraron entre la población más joven y se fortalecieron levemente entre la de mayor edad.

Al poco de haber iniciado su segundo mandato en enero, Rousseff entró en una zona de turbulencia provocada por las revelaciones del desvío de miles de millones de dólares de la estatal Petrobras en simultáneo con un derrumbe de la economía que arrojó al país a la recesión.

Su capital político se agotó rápidamente.

«Perder popularidad en el inicio del segundo mandato no es novedad, pero la caída de la presidenta Dilma fue más intensa» que la de quienes la precedieron en el cargo, agregó la firma.

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fue quien menos sintió ese bajón y se mantuvo en torno al 57% de aprobación en su peor momento, mientras que su antecesor Fernando Henrique Cardoso llegó a tener un magro apoyo de solo 16%.

Todas las áreas medidas por el trabajo de CNI/Ibope en septiembre -pobreza, desempleo inflación, salud, educación, seguridad, medio ambiente y el nivel de impuestos y de tasas- fueron evaluadas negativamente y los rechazos oscilaron entre 65 y 90%.

La desconfianza de la población en Rousseff alcanza el 77%, reflejo de la frustración que genera el gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores, hace más de 12 años en el poder. El PT hizo de las reivindicaciones sociales y la ética sus banderas tras alcanzar en 2003 la presidencia con Luiz Inacio Lula da Silva, pero en 2015 impulsa un ajuste fiscal ortodoxo y es permanente blanco de acusaciones de corrupción.

El 82% de los consultados considera que el segundo mandato consecutivo de Rousseff comenzado el 1 enero es peor que el anterior, y el 63% cree que el resto del mandato hasta el 31 de diciembre de 2018 será malo.

Uno de los capítulos más oscuros para el Gobierno, de acuerdo con el sondeo, es su política impositiva, que fue desaprobada por el 90% de los consultados. El ajuste fiscal en curso plantea resucitar un impopular impuesto a todas las transacciones financieras -que tasa todos los saques de dinero de cajero automático, los cheques, cada vez que se usa la tarjeta de crédito- que aún debe ser aprobado por el Congreso, donde enfrenta gran resistencia.

El trabajo fue realizado del 18 al 21 de septiembre sobre una muestra de 2.002 entrevistas y el margen de error estimado es de 2 puntos porcentuales.