Washington, Estados Unidos. El atacante que mató a tres personas en un centro de planificación familiar en Colorado, oeste de Estados Unidos, era un hombre solitario de «extraño» comportamiento, que vivía en una ruinosa casa rodante, indicaron este domingo medios estadounidenses.

Robert Lewis Dear, de 57 años, ingresó armado el viernes a un centro de la organización estadounidense de planificación familiar Planned Parenthood, en Colorado Spring, y abrió fuego durante cinco horas, matando a tres personas, entre ellas a un policía.



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Según la cadena NBC News, citando a responsables de la seguridad, el hombre dijo durante su interrogatorio que no quería «más bebes despedazados», en referencia a su oposición a los abortos legales que se practican en ese centro médico.



Los medios estadounidenses lo describen como un hombre solitario aparentemente perturbado, conocido de los servicios policiales por algunos delitos menores.

En 1997, su exesposa, Pamela Ross, había llamado a la policía acusándolo de violencia conyugal, según el New York Times. La mujer afirmó que su marido podía tener brotes de cólera, de los que luego se excusaba.

Robert Dear es conservador en política y religioso. Tiene fusiles y se opone al aborto, pero no estaba obsesionado con esta cuestión, según su exmujer.

«Jamás pensé, jamás», que él podría ser capaz de cometer una masacre, indicó al New York Times.

Después de su divorcio en el 2000, vivió en varias casas rodantes y en cabañas aisladas, permaneciendo en soledad la mayor parte del tiempo. Durante un cierto período, vivió en una pequeña cabaña en las afueras de la localidad de Black Mountain, en Carolina del Norte.

«Era el tipo de persona de la que se desconfía», dijo un vecino al New York Times. «Era extraño. Es difícil de explicar, pero tenía esa extraña mirada la mayor parte del tiempo», añadió.

También vivió en Carolina del Sur, donde tuvo disputas con vecinos al menos en siete ocasiones, de acuerdo a los reportes policiales. En 2002, fue acusado de voyeurismo, pero su caso fue sobreseído.

En 2014, se trasladó al oeste y había adquirido una parcela de tierra en la pequeña ciudad de montaña de Hartsel, en el oeste de Colorado Springs, señaló Jim Anderson, un agente inmobiliario en declaraciones al Washington Post.

La policía estableció un perímetro de seguridad alrededor de ese sector y realizó un minucioso registro de la casa rodante ruinosa donde vivía Dear, sin agua corriente, sin electricidad y sin servicios sanitarios, según los medios locales.

El agente con el cual negoció la venta del terreno, dijo estar sorprendido al saber que el atacante de Colorado Springs era su cliente.

«A mí me pareció normal», le dijo Anderson al Washington Post. «Como cualquiera que quiere comprar un terreno en este increíble lugar», precisó.