Estados Unidos prometió este miércoles duplicar el dinero que aporta para ayudar a los países pobres a lidiar con los estragos inmediatos del cambio climático.
«No vamos a dejar a las naciones más vulnerables capear solas –literalmente- la tempestad», dijo el secretario de Estado norteamericano John Kerry ante el pleno de la conferencia del clima en Le Bourget (norte de París).
Responsables norteamericanos precisaron que el presupuesto de Estados Unidos para respaldar programas de «adaptación» pasaría de 430 millones de dólares en 2014 a más de 800 millones hacia 2020.
Este incremento no se hará a expensas de los compromisos ya presentados por Washington sino que se pedirá al Congreso reasignar prioridades de los presupuestos del departamento de Estado y del Tesoro.
Los fondos adicionales se canalizarán a través de créditos a los países destinatarios, indicó un alto funcionario estadounidense, precisando que darían prioridad a programas forestales o de perfeccionamiento de los sistemas de alerta meteorológica.
«Obviamente, las principales economías del mundo –incluyendo Estados Unidos– tienen que desempeñar un papel importante», dijo Kerry. «Simplemente es una cuestión de sentido común. Por eso Estados Unidos se comprometió a aportar 3.000 millones de dólares al Fondo Verde para el Clima», además de contribuir con 2.500 millones de dólares en financiamientos «verdes».
